El mundo vuelve a mirar esta próxima semana al Vaticano. Este próximo miércoles 7 de mayo los cardenales van a decidir en cónclave al sucesor del fallecido Papa Francisco, aunque las divergencias y pretensiones de sus eminencias anticipan varios comicios antes de dar con el nuevo Sumo Pontífice y que la ‘fumata blanca’ vuelva a humear por la chimenea, que por cierto fue instalada el pasado viernes.
El periodo quincenal a respetar tras la muerte de un Papa está siendo cuanto menos agitado. Las polémicas internas se han sucedido prácticamente desde el momento de la desaparición de Francisco y la película ‘Cónclave’ -a la que en estos días han recurrido miles de aficionados- ha tomado más sentido que nunca. Una prueba más de que a veces la realidad supera a la ficción.
En cuestión de días, los medios internacionales se han hecho eco de la controversia interna con respecto al cardenal Giovanni Angelo Becciu, que aun estando condenado a cinco años y medio de cárcel por corrupción y malversación de fondos dentro de la Iglesia, mostró su firme intención de participar en el cónclave. La única forma de pararle los pies ha sido una carta de Bergoglio difundida por el papable Pietro Parolin. En ella el desaparecido Pontífice pide expresamente su exclusión de la reunión de prelados, algo que ha sido acatado por Becciu.
Las férreas aspiraciones de influencia en la reunión de cardenales -y otras de estar entre los «papables»- han dado pie hasta a polémicas con la edad de sus eminencias, como ha ocurrido esta semana con el cardenal burkinés Philippe Ouédraogo, sobre quien se han ceñido las sospechas de haber modificado su edad para poder votar al nuevo Papa. En teoría, se habría rebajado casi doces meses para no rebasar los 80 años, que es la edad límite para votar en el cónclave.
Un cardenal africano, sospechoso de alterar su fecha de nacimiento para votar en el cónclave
A todo ello hay que sumar los tira y afloja cada vez más manifiestos que se producen estos días en el seno de la Iglesia Católica entre los partidarios «continuistas» del legado de Francisco -que se considera aperturista y progresista- y aquellos de un corte más integrista, que abogan por un retorno a la «tradición» canónica tras doce años de verdadera deriva.
La carrera por ser el nuevo Pontífice es esta vez tan pública que un amplio sector de la ciudadanía -o al menos más que anteriores ocasiones- parece contar ya con su candidato favorito. Unos quieren que sea el mano derecha de Francisco, otros prefieren al candidato africano y otros muchos al asiático. También los hay que quieren al sueco y muchos que directamente «se hacen los suecos».
Hasta ahí llega el grado de implicación y atención que ha despertado este cónclave, que va a pasar a los libros como el más representativo de la historia con más de 70 nacionalidades de todos los continentes y ante el cual ha querido postularse en las últimas horas, de forma cómica y para estar en todos los fregados como siempre, el mismísimo presidente estadounidense Donald Trump.
Descubre más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es.