Investigan a funcionarios de la prisión de Brieva (Ávila) por haber mantenido presuntamente relaciones sexuales con Ana Julia Quezada -asesina del niño Gabriel Cruz en Almería en 2018- a cambio de darle acceso a un teléfono móvil, con el cual mantenía contacto con el exterior. Según se informa, el juzgado número 4 de Ávila, encargado del caso, lleva investigando los hechos casi un año para determinar si existe un delito de cohecho por parte de los trabajadores de la cárcel de mujeres.
Por si fuera poco, los informes del juez apuntan que Quezada, que cumple una condena de prisión permanente revisable por el asesinato de Gabriel, habría grabado con dicho teléfono algunas de esas relaciones íntimas mantenidas con los trabajadores, entre los que se encuentra el cocinero, para «chantajear» a los directores de prisión y conseguir su traslado a Barcelona.
Las declaraciones de un educador de la prisión coinciden con los relatos ofrecidos por tres reclusas y una cuarta mujer, que es la actual pareja de Quezada, que sería quien dispone del teléfono con las imágenes comprometidas y que habría amenazado con publicarlas y «hundir el centro».
Además, en uno de los informes de la directora del la prisión, Laura Pérez, reconoce que tuvo «conocimiento de datos de especial relevancia sobre la interna» a través de un educador. «La interna manifiesta tener un móvil con una serie de grabaciones, entre ellas, imágenes de vídeo en las que aparece el funcionario en su celda», detalla el informe de la directora.
También hay un expediente de la directora que se refiere a una reunión mantenida entre Ana Julia y el educador en la que ella asegura haber sido «víctima de una violación» al haber mantenido sexo con uno funcionario de la cárcel y considerar que este se había aprovechado de su situación de superioridad sobre ella.
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