En 1974, un grupo de vecinos apasionados por el fútbol y la comunidad fundó la Unión Deportiva San Pedro en San Pedro Alcántara, Marbella. Desde entonces, el club ha sido un pilar deportivo y social en la localidad. En la temporada de su 50 aniversario, el club rojinegro ha firmado una de las épocas más emocionantes de su historia: el ascenso a Tercera RFEF ya es una realidad y la clasificación para la Copa del Rey devolvió al equipo a la primera línea del fútbol nacional. Un doble logro que se ha celebrado con pasión en el Antonio Naranjo, el campo que ha visto crecer a generaciones de sampedreños. Una entidad que estuvo vinculada a la factoría Jesús Gil y que en los últimos tiempos ha recibido visitas ilustres como la de Haaland al equipo femenino.
Una sorpresa estrella: Haaland visita a las jugadoras de la UD San Pedro
«La temporada ha sido magnífica», expresa con satisfacción el presidente del club Juan Manuel Blanco Mané. «Nos trazamos un camino en septiembre del año pasado, y aunque fue una lucha ardua en ciertos momentos, hemos conseguido el objetivo que todos pretendíamos: estar en Tercera RFEF el año próximo», indica.
Un ascenso muy esperado
La historia del club es una montaña rusa de emociones. Durante los años noventa, el equipo tocó techo al competir en la extinta Segunda División B. Desde entonces, ha alternado ascensos y descensos, pero siempre manteniendo viva su esencia. Para Mané, este regreso a categoría nacional «es donde el club debe estar siempre, por sus años de historia. Hemos estado 27 años en Tercera, con este son 28, y esperemos durar muchos más».
El retorno se certificó con una contundente victoria por 3-0 ante el CD Rincón en la penúltima jornada de la temporada. Aquel partido selló matemáticamente el ascenso y desató la euforia entre una afición que nunca dejó de creer.
Una noche mágica: la UD San Pedro en la Copa del Rey
Pero si hay un momento que ha marcado este curso más allá del ascenso, ese fue el histórico duelo copero ante el Celta de Vigo. Por primera vez, el club logró clasificarse para el torneo del KO, superando dos eliminatorias previas. «El Antonio Naranjo nunca había estado tan lleno como ese día», recuerda Mané.
«Fue un aliciente enorme para la ciudad y para todos nosotros. Jugar contra un equipo de Primera División como el Celta, que además está haciendo un gran papel en la liga, fue algo muy especial». Aunque el resultado no favoreció a los rojinegros, el impacto del partido fue enorme. «Más allá de lo deportivo, fue un empujón económico que nos ha permitido terminar la temporada con solvencia», reconoce el presidente.
Para el jugador Diego Rubio, uno de los refuerzos de invierno, su llegada al club en noviembre marcó un antes y un después. «Me acogieron de forma increíble desde el primer día. El ambiente fuera y dentro del campo es espectacular», asegura. Aunque no estuvo en el terreno de juego durante el histórico encuentro contra el Celta de Vigo en la Copa del Rey, lo vivió como uno más:
«Lo vi desde la grada y se me pone la piel de gallina al recordarlo. Para mis compañeros fue una experiencia inolvidable y única. El campo estaba a reventar, fue algo histórico». Su debut con la camiseta rojinegra también ocupa un lugar especial en su memoria: «Fue contra el Loja en casa. Ese y el día del ascenso contra el Rincón son los momentos que más recuerdo. Fue impresionante».
El último derbi de la Costa del Sol
El 26 de abril de 1998, la UD San Pedro protagonizó su partido más mediático: el último «derbi de la Costa del Sol» frente al Málaga CF en Segunda B. En juego, mucho más que tres puntos. El San Pedro luchaba por no descender; el Málaga, por asegurar su ascenso.
Aquel San Pedro vivía tiempos convulsos, atrapado en el entramado político de Jesús Gil, entonces alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid. Su hombre de confianza, Carlos Fernández, fue cesado tras ser acusado de apropiarse de 80.000 euros del club. El caos institucional coincidió con los primeros ecos del caso Malaya, que años después sacudiría Marbella.
En el campo, el Málaga venció 0-2 con goles de Pineda y Guede, sellando su pase a la liguilla de ascenso. El San Pedro, en cambio, descendió a Tercera. Desde entonces, no ha vuelto a disputarse un derbi similar en la Costa del Sol. Hoy, aquel capítulo es parte del pasado oscuro del club, que ha sabido reinventarse. «Volver a categoría nacional es volver a donde nunca debimos salir», afirma con orgullo el presidente Mané.
Un club de cantera, comunidad y corazón
Con una cantera que aglutina a cerca de mil futbolistas entre juveniles, infantiles y veteranos, el club es un motor social en el municipio. «Creo que eso es muy importante para un club», afirma Mané. «Vamos a seguir creciendo y apostando por nuestros jóvenes».
Entre los nombres que han salido de su cantera destaca Juan Almagro, quien llegó a formar parte del FC Barcelona de Johan Cruyff. «Era un jugador extraordinario, con una calidad impresionante. No tuvo toda la fortuna necesaria, pero su talento era incuestionable», comenta Mané, quien además tuvo la oportunidad de entrenarlo.
«Es un club entrañable, con alma»
A pesar del éxito reciente, Mané no pierde de vista la realidad. «De cara a la próxima temporada, el objetivo prioritario es mantenernos en Tercera. Es una categoría donde el nivel es altísimo y queremos trabajar con firmeza e ilusión para seguir ahí». Al preguntarle por una definición del club, no duda: «Es un club entrañable, con un historial extraordinario, y con un arraigo tremendo en su comunidad».
Diego Rubio también lo tiene claro: «Después de subir a una categoría como la tercera RFEF, el objetivo principal de la temporada que viene va a ser mantenerse». Con los pies en la tierra y la mirada en el futuro, la UD San Pedro inicia una nueva etapa con el respaldo de una afición fiel y el empuje de toda una ciudad. Y Mané y Diego Rubio lo reafirman con un mensaje contundente: «el sueño continúa».
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