Un trabajo de investigación acometido por científicos de universidades andaluzas y de otras instituciones da cuenta del «excepcional» hallazgo de un «extraordinario» diente de cachalote dentro de un hoyo en los notables vestigios de la Edad del Cobre localizados en el recinto del antiguo instituto Las Encinas de Valencina de la Concepción, con motivo de la construcción del edificio de la nueva biblioteca municipal. Se trata de la «primera» pieza de este tipo encontrada con relación a la Prehistoria Tardía Peninsular, de más de cinco mil años.
Este estudio, titulado ‘Desde las mandíbulas de Leviatán: Un diente de cachalote del mega sitio de la Edad del Cobre de Valencina’, es fruto del trabajo de un amplio equipo de investigadores del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla (US), del Centro Oceanográfico de las Islas Canarias, el Instituto Español de Oceanografía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), las universidades de Córdoba, Huelva y Durham (Reino Unido), el Instituto Arqueológico Alemán y del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Valencina de la Concepción.
Yacimiento Calcolítico
Este mega sitio de la Edad del Cobre, cuyo arco cronológico abarca aproximadamente entre los años 3200 y 2300 antes de nuestra era, se extiende sobre unas 450 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán y sus máximos exponentes son los ‘tholos’ de La Pastora, Matarrubilla y Montelirio, contando la zona con numerosos vestigios de índole funeraria y habitacional.
En ese marco, este trabajo de investigación aborda las excavaciones arqueológicas acometidas en el verano de 2018 en el recinto del antiguo instituto de educación secundaria (IES) Las Encinas de Valencina de la Concepción, a cuenta del proyecto promovido por el Ayuntamiento de esta localidad, actualmente gobernado por Ramón Peña, para la construcción de la nueva biblioteca municipal.
Tales excavaciones, «revelaron una serie de vestigios, incluyendo un hoyo» de carácter no funerario, en el que fue descubierto un «excepcional» diente de cachalote, actualmente depositado en el Museo Municipal de Valencina.
«la mitad superior de un diente de cachalote aislado e incompleto, en un buen estado de conservación»
La pieza, al detalle, constituye «la mitad superior» de «un diente de cachalote aislado e incompleto, en un buen estado de conservación» pese a su antigüedad, de una longitud de 13,2 centímetros y un peso de 414 gramos; tratándose de la «primera» pieza de esta naturaleza «jamás encontrada» en la Península Ibérica con relación a la Edad del Cobre.
De hecho, los autores de este trabajo de investigación destacan que se trata del «primer resto óseo de mamífero marino» descubierto en el mega enclave calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, toda vez que «el único ejemplo de similar cronología y morfología en Europa fue descubierto recientemente en Cerdeña», isla italiana.
Precisamente «debido a la rareza e importancia» de esta pieza, estos investigadores han desplegado un estudio multidisciplinar «incluyendo un modelado fotogramétrico en tres dimensiones», así como análisis tafonómicos, paleontológicos y contextuales; que «han conducido a una completa caracterización de la pieza mediante» aspectos como el estudio de sus rastros de bioerosión, marcas antropogénicas, el contexto de su localización y su trasfondo sociocultural en la Edad del Cobre.
Fruto de este complejo estudio, los autores de esta investigación exponen que «este diente, perteneciente a un espécimen adulto de cachalote, fue presumiblemente encontrado en un área de costa después de que pasase un tiempo en condiciones subacuáticas, como reflejan los restos de bioerosión ocasionados por organismos marinos».
Cómo llegó a esa zona
Al detalle, estos investigadores explican que los cachalotes son «animales oceánicos (…) frecuentes» tanto en las aguas del Atlántico, como del mar Mediterráneo próximas a la Península Ibérica; precisando que como «hay vestigios de bioerosión por todos los lados del diente», esto «indicaría que después de que se separase de la mandíbula» del cachalote al que pertenecía, «fue transportado por el fondo marino por las corrientes oceánicas», hasta que probablemente llegó a la costa «como parte de un evento» de la naturaleza, como las tormentas o prolongadas mareas, «que usualmente arrojan a la costa elementos más típicos de áreas profundas» del mar.
la pieza fue «depositada en un hoyo» de manera «intencionada» como «ofrenda votiva»
«Después de su recogida, fue manipulado, quizá con el objetivo de usar partes de él como materia prima para la manufactura de otros objetos como ornamentos personales o para transformarlo en un artefacto de connotaciones simbólicas», explican estos investigadores, señalando que «finalmente», la pieza fue «depositada en un hoyo» de manera «intencionada» como «ofrenda votiva», hasta su recuperación en 2018 fruto de las mencionadas excavaciones arqueológicas.
«Parece que la pieza llegó a Valencina como un producto exótico, como lo hicieron otras materias primas de gran valor como el sílex, el marfil, el cristal de roca, el cinabrio o el ámbar, y que fue recogida de la costa».
El hallazgo, además, «sitúa el diente de cachalote en línea con otros artefactos de alto valor y carga simbólica localizados en estructuras no funerarias» de este gran yacimiento de la Edad del Cobre, indican los autores de este estudio, insistiendo en que esta pieza fue tratada por la comunidad de este asentamiento calcolítico como un «objeto sagrado o totémico», pues «no hay duda de su uso en los siglos finales de la Edad del Cobre».
Este descubrimiento pone de relieve además «la presencia del mar en la cosmovisión de las comunidades que vivieron o frecuentaron» el mega asentamiento humano de la actual Valencina de la Concepción en el tercer milenio antes de nuestra era.
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