Tras una jornada cargada de emoción en la Philippe Chatrier, donde Rafa Nadal fue homenajeado en el escenario que marcó su leyenda, el extenista español compareció ante los medios visiblemente conmovido, pero también firme al abordar uno de los temas que había quedado pendiente: el fallido homenaje en Málaga durante la Copa Davis.
Durante casi una hora de rueda de prensa, Nadal respondió con su habitual cercanía en varios idiomas. Pero fue al final, en mallorquín, cuando soltó una reflexión que no pasó desapercibida: “Roland Garros y yo nos merecíamos que el homenaje se hiciera aquí. Lo de Málaga no tuvo mucho sentido ni estuvo bien”. Así, con la serenidad que le caracteriza pero sin rodeos, el balear dejó clara su opinión sobre lo que muchos vieron como un adiós improvisado y mal encajado.
Roland Garros se inclina ante su rey: el homenaje que merecía Rafa Nadal
El acto en Málaga, celebrado tras la derrota ante Países Bajos, se vio empañado por la eliminación de España, la derrota personal de Nadal ante Van de Zandschulp y una planificación que llevó el homenaje a altas horas de la noche. Un momento que pretendía ser emotivo se volvió gris y desdibujado, muy lejos del tributo que merecía una figura como la suya.
Junto a Federer, Djokovic y Murray
“Decidimos frenar otras propuestas porque sentíamos que este torneo (Roland Garros) debía tener el privilegio de organizar el verdadero homenaje”, explicó Nadal. Y el tiempo le dio la razón. El reconocimiento en París fue una ceremonia sobria, elegante y cargada de significado, con la presencia de sus tres grandes rivales —Federer, Djokovic y Murray— y un público entregado que no dejó de aplaudirle. “Ha sido una de las experiencias más especiales de mi vida. No tengo palabras. Aquí he vivido mis mayores emociones como tenista”, confesó visiblemente emocionado.
Además, Nadal compartió con la prensa que sigue sin tocar una raqueta desde que anunció su retirada. “La transición ha sido dulce. No tengo ninguna espina clavada. Estoy disfrutando de mi familia y de todo lo que no he podido vivir durante tantos años en activo”, explicó con naturalidad.
Nadal cerró su intervención reiterando su amor por París y por el torneo que definió su carrera: “Ser reconocido en el lugar que más ha marcado tu vida deportiva es algo que no se puede comparar. Roland Garros fue, es y será mi casa”. Con esta última afirmación, quedó claro que el homenaje de este domingo no solo fue el cierre perfecto de una historia irrepetible, sino también una reivindicación del lugar que, según Nadal, siempre debió ocupar en su despedida: la tierra batida de París, donde escribió su leyenda.