Treinta años después de subirse por primera vez a un escenario, Pastora Soler vive uno de los momentos más especiales de su carrera. La artista coriana actuará este 31 de mayo en la Plaza de Toros de la Maestranza, dentro de la gira ‘Rosas y espinas’, con la que celebra sus tres décadas en la música. Será una noche única en un escenario emblemático, donde se reencontrará con su ciudad, con sus raíces y con un público que la ha acompañado desde el principio.
«Después de 30 años y tantos escenarios pisados, esto es impactante. Sevilla… esta gira es muy especial, porque es de celebración de 30 años y, evidentemente, en mi tierra es donde más sentido tiene esos inicios», declara la artista en una entrevista muy especial para 101TV. «Mi tierra fue la primera que me acogió y me llevó en volandas», añade.
Pastora Soler: «Hoy disfruto más de mi carrera; me permito no ser perfecta»
El concierto tendrá un marcado carácter personal y evocador. Desde la apertura, con ‘Capote de Grana y Oro’, la primera copla que cantó siendo niña, Soler repasará las etapas clave de su trayectoria. “Hay muchas imágenes que se me vienen relacionadas con toda mi carrera y con mis inicios: el folclore, la copla, mi padre, la Maestranza, Juanita Reina, la Macarena… Va a ser una noche muy especial”, avanza.
«Quiero que me conozcáis un poquito más como persona, todo lo que ha ido paralelamente acompañándome en mi vida»
La cantante ha confesado que espera que el primer contacto con el público sea “muy impactante” y que la despedida quede como el recuerdo de “haber disfrutado una de las noches más importantes de mi vida, de mi carrera”. El espectáculo no solo recorrerá tres décadas de canciones, sino que, en palabras de la propia Soler, también ofrecerá un mensaje vital.
“Quiero que me conozcáis un poquito más como persona, todo lo que ha ido paralelamente acompañándome en mi vida. Lanzo muchos mensajes de vida, de superación… cuento la experiencia de una niña que soñaba con ser cantante y que ha visto su sueño hecho realidad”.
‘La mala costumbre’, un himno
Pastora Soler subraya la intención emocional del espectáculo: “No es solamente un concierto de música, hay muchas otras cosas, momentos en los que la gente llora mucho, como con ‘La mala costumbre’, que se ha convertido casi en un himno para mucha gente, y momentos de muchas fiestas y de mucha risa. Es como un ratito de vida”.
Pastora ha sabido mantener intacta su esencia a lo largo de tres décadas de carrera. Desde aquella niña que soñaba con ser como Juanita Reina, hasta convertirse en una de las voces más potentes de la música española, su historia ha estado marcada por el talento, la constancia y también la valentía de parar cuando fue necesario.
Eurovisión en 2012 la proyectó internacionalmente y su retirada temporal, en 2014, por ansiedad marcó un punto de inflexión. Hoy regresa más fuerte, más madura, con una voz que, como ella misma dice, “lleva la huella de cada vivencia”.
Un homenaje en su mejor momento
Pastora Soler recibe además la Medalla de la Ciudad de Sevilla el día antes del concierto, un reconocimiento que se suma a los muchos que ha cosechado a lo largo de su carrera, pero que tiene para ella un valor especial por venir “de casa”, como ella misma lo describe. Hace una década no pudo recoger la Medalla de la Provincia por encontrarse en un momento complicado. Esta vez sí estará presente para recibirla, para cantar y para contar lo vivido.
A sus treinta años de carrera, Pastora asegura estar en plena forma vocal, emocional y vital. “Ojalá pudiera quedarme así veinte años”, dice, con la ilusión intacta y la serenidad que da el tiempo. Para ella no hay plan B, seguirá cantando mientras la vida y el cuerpo se lo permitan. El concierto del 31 de mayo no será solo un espectáculo, será un hito. Un reencuentro. Un agradecimiento. Un sueño cumplido.
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