Se escapa de cualquier tipo de calificativo lo del Unicaja. Cuando es complicado, se lo complica aún más y cuando ya parece escapar de cualquier utópica posibilidad, lo consigue. En diez ocasiones se habían cruzado los cajistas con el Barça en eliminatorias de Liga Endesa, y en las diez, salieron victoriosos los culés. A falta de un minuto y medio, los blaugranas vencían de nueve. Pues con todo eso y más, el Unicaja le volvió a dar una patada a la historia, o en este caso un tapón de Kameron Taylor, para hacerse un hueco en las semifinales de la Liga Endesa, donde ya espera el Real Madrid.
Ficha técnica:
Unicaja (97): Ejim (8), Barreiro (0), Carter (8), Kravish (6) y Perry (16); Tyson Pérez (11), Osetkowski (2), Balcerowski (7) Kalinoski (8), Taylor (16), Diaz (10) y Djedovic (5). Killian Tillie y Yankuba Sima fueron los descartes.
Barça (95): Punter (37), Anderson (13), Satoransky (4), Hernangómez (6) y Parker (8); Brizuela (5), Fall (6), Abrines (13), Keita (-), Parra (3), Villar (0) y González (-).
Parciales: 24-18, 19-24, 12-22, 29-20 y 13-11. Al descanso el resultado fue de 43-42.
Árbitros: Antonio Conde, Jordi Aliaga y Martín Caballero.
Pabellón: Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. Acudieron 10.681 espectadores.
El partido comenzó como lo que se esperaba de él, un duelo sin cuartel en el que los ataques arrancaron finos sin guardarse nada bajo la manga. Kameron Taylor comenzó encendido el encuentro, demostrando la talla de jugador que es. Lo mismo se podría decir de un Jabari Parker que encontró cierta comodidad en un escenario de máxima presión como el presente. No es la primera ni la segunda ocasión en la que el número 2 del draft del 2014 de la NBA disputa un ‘win or go home’ y así lo demostró.
TAPÓOOOOOOOOOOOON GANADOR
TAPÓN DE KAMERON TAYLOR PARA QUE UNICAJA SE META EN LA SEMIFINAL DEL PLAYOFF
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Tyson Carter llevó la batuta del juego durante bastantes minutos, aunque Alberto Díaz supo tomar las riendas en el segundo cuarto en la parcela anotadora. Sin embargo, los catalanes crecieron en base a un Kevin Punter excepcional. 14 puntos firmó el 0 en los segundos diez minutos en los que no falló un tiro, ni los cuatro de media distancia ni los dos triples que ejecutó.
Gracias al acierto del estadounidense, los de Peñarroya llegaron al intermedio a un punto de los locales, que atravesaron un momento valle en el encuentro que se prolongaría después del paso por vestuarios a pesar del incesante apoyo del Martín Carpena, que trató de alentar a los suyos hasta la extenuación y de descentrar a unos culés realmente focalizados en su plan de partido.
Siguió siendo Punter la referencia anotadora de los azulgranas, aunque escoltado por Darío Brizuela, Justin Anderson y un Youssoupha Fall que se batió el cobre con cualquiera que se dispusiese. Los catalanes supieron encontrar el camino hacia la inefectividad de un Unicaja que se pudo ver sobrepasado por minutos. Los de Ibon Navarro no encontraban rutas sencillas hacia el aro y comenzaron a deambular los fantasmas de ocasiones pasadas. El de la Final Four de la BCL en Málaga y el de la eliminatoria ante el UCAM Murcia del curso pasado.
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Los culés establecieron una diferencia de diez puntos sobre la que construir un guion de partido propio en la búsqueda del billete a las semifinales. Corrían los minutos y los verdes y morados no eran capaces de rehacerse, ahuyentar ‘flashbacks’ inoportunos. Pero en esta ocasión no iba a ser así. O al menos, en tiempo reglamentario.
Como si de una película mala de baloncesto se tratase
A falta de un minuto y treinta segundos, los malagueños caían de nueve puntos. Fue entonces donde la magia, esa que solo tiene cabida en las películas estadounidenses de escasa verosimilitud, puso patas arriba el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. En menos de un minuto, Tyson Pérez consiguió anotar una canasta de dos puntos, un triple, un robo providencial y culminarlo con un mate. Aunque, si las matemáticas no fallan, los cajistas estaban aún dos abajo. Fue entonces cuando el excajista Abrines falló un triple y Kendrick Perry anotó una jugada en la que el balón entró gracias a un mate del mencionado Pérez, aunque precedida de un tapón ilegal sobre el 55. (4 iguales y, después de un último intento sin éxito de los blaugranas, prórroga.
Otra vez una prórroga. Como hace cinco días, cajistas y culés prolongaban cinco minutos más el desenlace de una eliminatoria para la historia. Aunque ahora, el camino había sido realmente diferente. El Carpena bien pudo haber hecho algún agujero en su techo porque la atmósfera era difícilmente sostenible. La hinchada malagueña estaba realmente entregada por y para los suyos y dejó claro que este ‘overtime’ poco iba a tener que ver con el del pasado martes.
Una prórroga para la historia
Los locales ingresaron por todo lo alto a los cinco minutos de tiempo extra. Dos libres de Tyson Pérez y dos puntos de Perry, los héroes en las postrimerías del tiempo regular, sirvieron de preámbulo. Balcerowski colocó una diferencia de seis puntos que el Barça, mediante calidad individual, se encargó de pulverizar. Dos 3+1 consecutivos de un espectacular Kevin Punter dieron el liderato a los culés a falta de, otra vez, un minuto y treinta y un segundos.
Tyson Carter, en un ataque de locura, encontró un triple desde más allá de siete metros para volver a poner por delante a los suyos, aunque acto seguido cometió una falta que dio dos oportunidades de libres a Punter. En esta ocasión, el primero lo anotó pero el segundo lo falló. Y ahí, el que no falló fue el Carpena. Un inusual en estos lares como Melvin Ejim asumió galones y encontró una falta personal de Fall que le garantizaron dos visitas a la personal. Y el canadiense no perdonó. Los dos dentro y última bola para el Barça.
Dirigió Darío Brizuela y se la entregó a Satoransky. El checo lanzó desde la esquina un triple para ganar el partido, pero, de repente, se erigió sobre el resto de mortales un Kameron Taylor que parecía estar viviendo la jugada a menor velocidad que el resto. El de Maryland llegó, saltó, taponó y certificó el pase a semifinales.
Los malagueños lo volvieron a hacer, y es que solo conocen la épica. Un nuevo triunfo en el que despedazó la historia para volver a soñar. Ahora, como dice Ibon Navarro, llega una serie ante el Real Madrid en la que llegan con ilusión. Con presión, porque la autoexigencia es una de las claves de este Unicaja, pero con ilusión y corazón. Y, sobre todo, con ganas de seguir haciendo historia.