El Málaga cuenta con el fichaje de Carlos Dotor con Luismi, Izan Merino, Ramón, Juanpe, Sangalli, Rafa Rodríguez, Ochoa, Lobete y Dani Lorenzo además del mencionado Lobete. Este último regresa de lesión y tendrá que buscar su hueco en un once donde a priori hay tres puestos en el centro del campo.
La calidad de Dani Lorenzo es innegable y su regreso a los entrenamientos a la par del grupo abre un melón: ¿Dónde tiene sitio? Su polivalencia le permite jugar de mediapunta, un poco por debajo o incluso en banda, pero existe cierto overbooking. A Juanpe y Sangalli se les busca salida, pero eso deja a ocho futbolistas para tres posiciones (contando a un Ramón que aún tardará en estar disponible).
Su posición natural es por detrás del delantero, donde competiría por el puesto con Lobete y Ochoa. No se descarta que el joven irlandés salga cedido después de un año en el que fue de más a menos. Prácticamente testimonial fue la temporada para Lorenzo, que tras las vacaciones de navidad sufrió una lesión de pubis. Ya volvió a finales de la temporada pasada, aunque contando con escasos minutos.
Esta pretemporada empieza de cero y siendo uno más. Una oportunidad para que el malagueño se haga con un sitio, siendo la mediapunta el lugar donde pone la diana. El curso 24-25 sumó menos de 500 minutos y llegó a marcar un gol en la montaña rusa del Ciutat de Valencia (4-2).
Para el próximo año Dani Lorenzo puede ser el jugador que explote al igual que ocurriera con Larrubia esta pasada campaña. Cuando el marbellí estuvo bien el equipo jugó a otro fútbol, solo queda ver si se instala en su posición más natural o le toca buscarse un hueco en otro puesto. En la pretemporada podrá aclararse algo el asunto.