Al nuevo Granada de Pacheta se le ven las costuras a leguas. Le falta mucho, y no solo rodaje, para poder ser competitivo. El conjunto rojiblanco empieza con el pie izquierdo y una derrota en su primer encuentro de pretemporada, frente a un Orlando Pirates más rodado y suelto, pero que tampoco presentó nada del otro mundo para imponerse a los nazaríes. Los goles llegaron al final, después de un largo tostón en el que solo Samu Cortés, que tiene un guante en la zurda, parecía poder destapar el tarro de las esencias. Maswangangyi hizo el primero a diez minutos de la conclusión y Mofokeng, ya sobre la bocina, hurgó en la herida.
Ya no tienen los partidos de pretemporada el encanto de antaño, cuando los míticos torneos veraniegos concedían a los amistosos veraniegos una competitividad casi tan atractiva como la campaña en sí. Ahora los encuentros estivales son poco más que un entrenamiento, otra sesión que apenas da para sumar carga a las pantorrillas y promover el bostezo en el espectador. Ya casi no dan ni goles. Pero todavía brota en ellos algún detalle interesante de vez en cuando, alguna chispa que prende la ilusión de los aficionados que buscan incentivos para dejarse la garganta durante el curso. Incluso en la tediosa cita entre el Granada y el Orlando Pirates, que no escapó de esta tendencia e invitó a darse un chapuzón en lugar de ver el choque, pero destapó el prometedor talento de Samu Cortés. No hubo mucho más para destacar.
Lo que sucedió hasta la salida del granadino fue anodino, espeso como un polvorón o las dos horas de digestión antes de volver al agua. El Granada de Pacheta se sentó ante su primer test como el estudiante aplicado que ya no se confía, dispuesto a dominar, pero ya desde otra postura. Salió sin Arnáiz, recién llegado, Sergio Ruiz, con molestias, ni Weissman, que entorna la puerta de salida, pero con el resto de caras nuevas disponibles. Elevó la presión para asfixiar al Orlando Pirates, con Pau Casadesús pegajoso y Stoichkov, ansioso en la media punta. Pero eran los sudafricanos los que se desenvolvían con más soltura. En un parpadeo encontraban espacios por los que correr, aunque en la definición se les veían las costuras.
Engranajes por engrasar
Discurría todo en lo insignificante. Los engranajes chirriaban en un bando y en otro, en lo que los centros tomaban dirección a los guantes de cada meta. El equipo de Abdeslam Ouaddou se fue animando con el paso de los minutos, anárquico en galopadas desordenadas, hasta que logró empezar a hacer sudar a Luca Zidane, que fue titular. Se escapó Kimvuidi mientras Pablo Sáenz reclamaba una falta. Kwayiba prolongó la acción y Moremi, tras el recorte, se topó con la felina estirada del arquero. Abrió el goteo.
Radiopane cabeceó con inocencia en el segundo poste, gélido Oscar Naasei para incluso controlar el remate en el área pequeña, tras lo que Selepe aprovechó un giro de Moremi para golpear manso a las manos de Luca. Se activó ya cerca del intermedio Rodelas, con una diablura que no encontró aliado que le pusiera el lazo en el área pequeña. Tiró el caño, torció para pisar línea de fondo y descargó atrás. De inmediato, Kimvudi se vio en una cita íntima con el hijo de Zidane, cuya presencia debió de imponerle demasiado, a juzgar por el disparo que conectó. Se agotaba el primer acto y ‘Chiqui’ ya estaba on fire, por lo que quería la guinda. Se la sirvió en bandeja de plata a Pedro Alemañ, que con todo a su favor tiró a las manos del meta. No tuvo un debut deslumbrante.
Permutaron todos sobre el césped y, ya con Samu Cortés, el Granada mostró más viveza, aun con las mismas carencias. El granadino exhibió sus cualidades en el golpeo y a Lucas Boyé se le afiló el colmillo. Giró el cuello en un centro de Trigueros que no entró por poco, antes de que el cuadro sudafricano detectara la grieta atrás. Por donde ajustaba Gael Joel, reconvertido a lateral izquierdo en ausencia de un especialista de recambio, corrieron los piratas, que perdonaron hasta en tres ocasiones claras. A la cuarta, no tendrían clemencia.
El joven extremo de Almanjáyar combó una falta con maestría y Boyé, en un escorzo acrobático, hizo sonar el larguero, que para los sudafricanos fue como el toque de corneta. Empezaron a galopar como la caballería y forzaron a Astralaga, que también tuvo alguna acción para lucirse. Encajó, sin embargo, el primer tanto de Mswanganyi, después de que Loïc Williams escupiera un primer tiro de Ndaba. Ya con el tiempo cumplido, en otro contragolpe, Mbuthuma cruzó el pase para que Mofokeng driblara al portero y abrochase el triunfo.
Ficha técnica:
Orlando Pirates: Sipho Chaine; Tapelo Xoki, Lebone Seema, Thsepo Mashiloane, Mbekezeli Mbokazi, Simphiwe Selepe, Sinoxolo Kwayiba, Sipho Mbule, Thepang Moremi, Karim Kimvuidi y Boitumelo Radiopane. También jugaron: Dladla; Van Rooyen, Sibisi, Maswanganyi, Ndlozi, Mofokeng, Mbuthuma, Dlamin y Nduli.
Granada CF: Luca Zidane; Pau Casadesús, Oscar Naasei, Pablo Insua, Baïla Diallo; Pedro Alemañ, Martin Hongla; Pablo Sáenz, Stoichkov, Rodelas; y Agustín Juárez. También jugaron: Astralaga; Gael Joel, Manu Lama, Loïc Williams, Pere Haro; Manu Trigueros, Obi; Souleymane Faye, Heredia, Samu Cortés; y Lucas Boyé.
Goles: 1-0: Maswanganyi, min. 80; 2-0: Mofokeng, min. 90.
Árbitro: José María Aranda Delgado, del comité andaluz.
Incidencias: encuentro amistoso disputado en el Marbella Football Center, ante algo más de un centenar de espectadores.