No brillaba, ni mucho menos, ni tampoco transmitía buenas sensaciones, pero, frente al Cádiz, el Granada parecía arrancar. Celebró con furia su primer gol en la preparación estival, obra de Lucas Boyé, y se protegió bien, incluso cuando Anthony Obi se fue a la ducha antes de tiempo tras soltar dos tarascadas seguidas. Pero llegaron los minutos finales, con mucho recreativista ya sobre el campo, y la atención de los rojiblancos se marchó a la ciudad de la Alhambra demasiado pronto. Se calaron y Roger Martí, siempre con la caña preparada, ajustició en un córner, para rubricar entre broncas un empate no demasiado amistoso.
Conforme se escondía el sol y las sombras se alargaban, comenzó el zafarrancho en Chiclana. No se encontraba el verde en condiciones mucho mejores de las que puede presentar cualquier parque a estas alturas de año, lleno de agujeros y calvas, por lo que el balón brincaba como una liebre. Mal escenario para intentar proponer un juego fluido. Todo fueron errores durante el duelo, una sucesión de pérdidas a un lado y al otro, si bien el Granada se esmeró en erigirse en protagonista desde la pausa hasta la expulsión de Anthony Obi, cuando cambiaron las tornas. No fue posible en ningún caso, así que ambos equipos se vieron conducidos a la brega. Y en ese contexto, en el que la ley de la calle determina el juego, Lucas Boyé se siente como en casa.
Los púgiles todavía se medían las fuerzas en la distancia, con apenas un acercamiento de Borja Vázquez que narrar, cuando Souleymane Faye vio libre la pista de despegue. En cuanto activó las turbinas, Fali tuvo claro que no llegaba, así que fue al suelo con la guadaña para derribarle. Se la pidió Pablo Sáenz para combarla al segundo poste, donde la cabeza de nuevo del extremo senegalés dejó el balón muerto en el área pequeña. Nadie se decidió a alejarlo de allí, así que apareció Boyé para controlar y, a la media vuelta, conectar un remate en semifallo con la izquierda que, rebotado, adquirió una parábola diabólica para el guardameta cadista.
Era la primera muesca del nuevo Granada de Pacheta y los rojiblancos quisieron saborearla en una celebración rabiosa, aunque no tuvo un efecto catalizador. Continuaron jugando a compás lento, en lo que el Cádiz pretendía saltarse fases para llegar al área. No lo hizo con demasiada claridad, pero sí más veces que los granadinistas. De la Rosa, activo, emprendió un nuevo ataque por el perfil zurdo, donde Oscar Naasei puso el parche en ausencia de lesionado Pau Casadesús. Se orientó hacia el medio como inspirado por Robben, aun desde el lado opuesto al que prefería el neerlandés, y conectó el zapatazo, ágil Luca Zidane para palmear. El atacante marró después una llegada franca, que inició Fali y prolongó Pereira hasta asistir atrás. El remate, dentro del área, fue tan inocente como desviado.
Para entonces, la cosa era ya una pelea física, con alguna que otra tarascada que comprobaba la dureza del adversario. Pensar en un pase raso era quimera, especialmente errático el cuadro amarillo, por lo que todo era una exhibición de vigor. El Cádiz insistía, tenaz desde la esquina, pero el Granada resistía sin demasiados esfuerzos, recio Loïc Williams.
Expulsión y cambio de escenario
La refriega se fue así al intermedio para dar paso a un giro brusco. En apenas unos minutos tras la reanudación, Anthony Obi se fue a la calle, amonestado en dos ocasiones por sendas entradas a destiempo sobre Borja Vázquez, como si tuvieran alguna cuenta pendiente de ser saldada. Nuevo obstáculo para los de Pacheta, que replegaron filas y empezaron a apretar los dientes. El Cádiz tomó el bastón de mando, sin demasiada jerarquía pero con suficiencia para maniatar a los de franjas horizontales, que además se esforzaron en superar el porcentaje de fallos de su adversario. Se durmió Alemañ, que retrasó su posición junto a Trigueros tras la expulsión, y García Pascual logró rematar en el área, rápido Astralaga, que acababa de salir, para dejarle sin espacio.
El delantero remató después en un córner, alejado de los palos, pero debió de hacer sonar el gong de los cambios en el Granada. Saltaron en una tanda el recreativista Dominique, recién llegado, Pablo Insua, Pere Haro y Samu Cortés; en otra, Hongla, Gael Joel, Rodelas y Weissman. Los gaditanos también activaron el carrusel, al campo Fer Pérez, Iza Carcelén, Bojan Kovacevic, Víctor Chust, Obeng, Ortuño, Denia y Roger Martí, dispuestos a agitar el avispero. Quien lo hizo, sin embargo, fue Brian Ocampo, que había saltado en el intermedio.
El uruguayo emprendió la ofensiva desde la izquierda, persistente hasta que Roger Martí afiló el colmillo. El punta definió horrible en la primera que tuvo, tras un giro atropellado de Obeng, y después falló otra ocasión manifiesta, tras la internada de Ocampo ante la pasividad visitante. A la tercera no erró. El córner posterior salió sin fuerza alguna, pero los rojiblancos parecieron ver en el balón un ángel, obnubilados ante el parsimonioso paso del esférico botando por el área. Nadie intentó alejarlo y el ‘9’ amarillo, en el poste más alejado, lo mandó a guardar.
Restaban siete minutos, pero al Granada le sobraron. Y al duelo en sí. Se consumieron entre rifirrafes, amagos de tangana y algún roce con la grada. El choque, sin embargo, acabó con la sonrisa de los más pequeños, que invadieron el campo a la caza de autógrafos y selfies. La foto rojiblanca, aunque más nítida que frente al Orlando Pirates, todavía sale borrosa.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Víctor Aznar (Fran Pérez, 64’); Alfred Caicedo (Iza Carcelén, 64’), Fali (Kovacevic, 64’), Iker Recio (Víctor Chust, 64’), Raúl Pereira (Mario Climent, 46’); Nico Njalla (Brian Ocampo, 46’), Diakité (Sergio Ortuño, 64’), David García [Obeng, 64’(Juan Díaz, 89’)], De la Rosa; Borja Vázquez (Roger Martí, 64’) y Álvaro García Pascual (Marcos Denia, 64’).
Granada CF: Luca Zidane (Astralaga, 46’); Oscar Naasei (Gael Joel, 62’), Manu Lama (Insua, 59’), Loïc Williams (Martin Hongla, 62’), Baïla Diallo (Pere Haro, 59’); Anthony Obi, Manu Trigueros (Seydou Fall, 75’), Pedro Alemañ (Dominique, 59’); Pablo Sáenz (Samu Cortés, 59’), Souleymane Faye (Rodelas, 62’) y Lucas Boyé (Weissman, 62’).
Goles: 0-1: Lucas Boyé, min. 15; 1-1: Roger Martí, min. 82.
Árbitro: Francisco Sáez Vital, del comité andaluz. Amonestó a los locales Fali e Iza Carcelén, así como al visitante Martin Hongla. Expulsó por doble amarilla al visitante Anthony Obi.
Incidencias: encuentro amistoso disputado en el Campo Municipal de Deportes de Chiclana, ante alrededor de 200 espectadores.