El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya está de vacaciones en la lujosa villa de La Mareta, la residencia de vacaciones de Lanzarote que el rey Hussein I de Jordania regaló en 1989 a Juan Carlos I, quien a su vez la cedió a Patrimonio Nacional. El dirigente socialista pasará 23 días en esta isla canaria, desde este sábado 2 de agosto hasta el próximo día 24 o 25, y pretende mantener alguna reunión de calado aparte de descansar con su familia. De los espacios que los residentes en La Moncloa tienen para veranear o pasar temporadas festivas, esta casa lanzaroteña es la preferida de Sánchez que ha optado ya durante varios años por viajar a Canarias.
De hecho, además de en verano el máximo responsable del PSOE actual también ha ido a La Mareta para pasar Navidades y celebrar con su familia la Nochevieja. Esta residencia, que es Patrimonio del Estado Español, se encuentra en la zona de Costa Teguise ocupando una importante franja de playa y además dispone de piscinas privadas en este entorno privilegiado. No es el primer presidente que realiza una estancia y los lanzaroteños ya están acostumbrados al enorme despliegue policial y de agentes Guardia Civil cada vez que viene un presidente como Aznar, Zapatero o ahora Sánchez. La familia real fue asidua a finales de los noventa.
¿Cómo es La Mareta?
Este palacio construido en 1970 combina los colores habituales de esta zona de la isla, con el portón principal en el verde que se puede ver en Teguise combinado con el blanco obligado que tienen todos los inmuebles de la isla para respetar el urbanismo y la conexión con la naturaleza. Además, La Mareta como prácticamente todos los edificios y monumentos importantes de Lanzarote cuenta con el diseño y la decoración del artista autóctono César Manrique, un tótem de la creación canaria.
La casa tiene más de 10.000 metros de extensión con varias piscinas, pistas deportivas y bungalows repartidos por este palacete del siglo XX con el mar a un paso en este paraje volcánico de piedra negra. Para esta nueva visita de Pedro Sánchez se ha vuelto a reforzar la seguridad de la casa, con 40 agentes de la Benemérita desplegados especialmente para tareas de vigilancia. De hecho, se ha duplicado el perímetro que estará bajo lupa, pasando de ser de 200 a 400 metros la zona de seguridad.