El actual futbolista del Al-Wakrah, Raúl de Tomás, llegó a ser uno de los delanteros más cotizados del fútbol español. A pesar de ello él quiso quedarse en el Espanyol, donde había encontrado su casa y pensaba retirarse hasta la llegada de un entrenador que vino para «joderle». Se trata de Diego Martínez, ahora en Las Palmas. El punta revela en Diario AS una confesión muy dura contra el técnico a su llegada a Barcelona que supuso el principio del declive del futbolista.
Diego Martínez: «Yo en el Espanyol me hubiera retirado y no me retiré porque llegó un entrenador que se llama Diego Martínez que vino a joderme. Perdón por la palabra, pero fue así. Ese tío llegó allí y fue a echarme, o sea, no quería que estuviese. Cuando yo era el mejor jugador de la plantilla, cuando yo venía de estar con la selección española y cuando yo estaba en el mejor momento de mi carrera, llegó ese señor y me hundió con sus armas».
Frustración: «Es que llega este tío y me jode todo; es que me quedo fuera del mercado y tengo que estar seis meses sin jugar en el Rayo, con lo que eso supone para mi autoestima; vengo de tocar el cielo y me tiro seis meses sin jugar porque ha llegado un entrenador que por lo que sea me ha querido echar desde el minuto 1».
Se desprendió de jugadores con «personalidad»: «Para mí es un entrenador muy cobarde, que quiere peones en sus equipos, quiere gente que no tenga personalidad. Él quería niños, peones, que todo lo que diga Diego Martínez se tiene que hacer, y así fue. Diego López, fuera; Raúl de Tomás, fuera; David López, fuera. Para mí es un entrenador cobarde que no sabe lidiar con jugadores con experiencia».
Provocaciones del entrenador
«Me provocaba para que yo hiciera algo y así poder decir que me echaran. Ese señor, durante la pretemporada en Marbella, un día me dice: ‘¿Vas a entrenar?’. Y le digo: Sí, voy a entrenar. Yo llevaba la gorra para atrás, me dio un golpe para arriba, me tiró la gorra y me dijo: ‘Pues la gorrita te la quitas¡. Lo hizo de malas formas. Él sabe que yo tengo carácter y yo sé que él me estaba buscando para él poder tener la excusa de ir al señor Mao (antiguo CEO del Espanyol) y decirle que el jugador Raúl de Tomás me ha dicho esto y esto no lo podemos permitir. Eso es lo que él buscaba, pero yo, con el respeto que tengo y con la educación que me han dado mis padres, aguanté todas las embestidas que me lanzaba».