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El Granada se desangra mientras espera los refuerzos (1-3)

El Granada se desangró en su estreno liguero mientras esperaba los refuerzos, que no fueron inscritos a tiempo para el arranque de la competición. Y no fue, a decir verdad, un duelo al que el conjunto rojiblanco le perdiera la cara por desidia, sino, simplemente un encuentro que mostró las costuras de este equipo. Tiene muchas carencias y se aferra al método chamánico de su entrenador, que hace lo que puede con lo que tiene. Le dio para mantener la compostura frente al Deportivo hasta que los gallegos quisieron marcar las diferencias.

Mario Soriano tocó la moral nazarí antes del descanso y Eddahchouri, asistente antes, asestó la puñalada. Martin Hongla recortó distancias con un trallazo furioso, pero la expulsión de Manu Lama acabó con cualquier atisbo de esperanza. Cuando Escudero hizo el tercero, ya estaba todo el pescado vendido. Si esta era la fiesta que avanzaba Pacheta, alguien había saboteado ya el ponche antes de que empezara y faltaron los que tenían que comprar el hielo.

Cayó la noche, calurosa hasta agobiar, y Los Cármenes tornó en el aula de un colegio el primer día de clase. En la grada, todo eran reencuentros, saludos efusivos y, cómo no, los relatos de todo un verano sin cruzarse con el compañero de penurias de cada domingo. Que si ‘qué tal las vacaciones’, que si ‘vaya pretemporada’… Y en el banquillo, la ilusión en los rostros casi infantiles de los chavales que saltaban de curso. En concreto, de los seis jugadores del Recreativo -sin contar a Rodelas y Oscar- que tuvo que reclutar Pacheta. Porque de los chicos nuevos en el colegio solo aparecieron dos y cuatro se quedaron sin inscribir por falta de liquidez. Dramático.

El técnico también se vio obligado a alinear a Weissman, que expuso desde el arranque tanta ambición y tenacidad que casi hace olvidar que hace apenas una semana estaba haciendo las maletas para marcharse al Fortuna Düsseldorf. Las cosas que tiene el fútbol. El caso es que pareció dispuesto a liderar a este Granada desnutrido y se alió en la cruzada con Rodelas, que quiere demostrar que el uniforme de Segunda se le ajusta ya como un guante. El ariete fue a la pugna en un envío lejano de Luca y, sin tocarlo, asistió al joven de Alhendín, que siempre fue el más pillo. En el mano a mano, sin embargo, tiró con la inocencia de los parvulitos.

El Granada había salido a pecho descubierto en una expresión de puro corazón, pero los de Antonio Hidalgo no parecieron inmutarse y empezaron a carburar. Dio un paso atrás Mario Soriano y el fútbol comenzó a orbitar a su alrededor, como planetas en torno al astro rey. Se escapó Luismi Cruz como un meteoro y prolongó para que Eddahchouri, escorado, estampara un disparo inocente en el muñeco. El aviso fue serio, pero insuficiente todavía para perturbar la compostura rojiblanca. Tampoco el segundo intento del neerlandés, que se fue al lateral de la red cuando los de franjas horizontales ya asaetaban el área con una ráfaga de centros.

Goles psicológicos

El cooling break lo enfrió todo, soporífera la reanudación. Los de Pacheta perdieron brío, aun insistentes desde la media distancia, aunque fue a los gallegos a quienes sentó como una siesta sin despertador. Desconectaron, imprecisos y erráticos, como si se les hubiera acabado la batería. Pero entonces el Deportivo hizo gala de aquello de lo que adolece el Granada: calidad para desequilibrar en cualquier momento. Luismi Cruz acunó el balón y condujo hacia dentro hasta que pudo establecer una conexión. Prolongó Yeremay con la espuela y Eddahchouri, como si tuviera ojos en la nuca, empleó el mismo recurso para habilitar la aparición de Mario Soriano. El madrileño sacó el bisturí y diseccionó a Luca con pulso de cirujano. Un gol diseñado con varita.

Todavía se dolían los rojiblancos del mamporro a la vuelta de los vestuarios, pero lo intentaron disimular con ademanes impetuosos por los costados. La realidad, sin embargo, era que había entrado en fase de descomposición y no podría esconderlo durante mucho tiempo. Lo hizo hasta que Luismi Cruz volvió a recibir el balón. Combinó con Eddahchouri para sortear a los rojiblancos en el costado y, con poco ángulo, el ariete neerlandés mandó el balón a la jaula. Explosión de júbilo en la esquina visitante de la grada mientras el Granada se hacía añicos.

Reacción frenada

El Dépor había destapado el tarro de las esencias y quería hacer sangre en lo que el conjunto rojiblanco se sumía en la más profunda depresión. Pivotó Yeremay como una peonza sobre Manu Lama y se preparó una cita íntima con Luca Zidane, sin atino en el remate. Pudo ser el golpe que tumbara definitivamente a los de casa sobre la lona, pero cobró un efecto revitalizante. En un arrebato posterior, se revolvió con rabia Martin Hongla para golpear la pelota con tanta mala leche que retumbó el zapatazo por todo el estadio. Por poco no hizo astillas el travesaño, que escupió hacia la red el esférico.

El gol fue para el Granada como una descarga con desfibrilador. A los de Pacheta les quedaba algún latido y tiempo para convertirlo en puntos, pero entonces les faltó el temple. Acababa de ver Manu Lama el cartón amarillo cuando, en un intento por frenar un contragolpe, quiso hacer una pantalla innecesaria al recién ingresado Bouldini. El colegiado le entregó una nueva tarjeta, con una invitación a marcharse al vestuario de inmediato escrita en el reverso. 

Pacheta empleó a Insua como parche en la retaguardia y dio cancha al joven Gambín en lugar de Rodelas. Se difuminó con ello el atisbo de reacción que había prendido la diana, contexto propicio para que los coruñeses tomaran la manija y controlaran el tempo del juego hasta el final. A un golpeo de Yeremay que acarició el poste, comenzaron a salir los primeros hinchas de Los Cármenes. No había que ver la insistencia del canario porque los refuerzos no iban a llegar. Se cumplió el tiempo y Escudero, un exrojiblanco respetuoso, provocó la desbandada definitiva. Al granadinismo le espera un año muy largo.


Ficha técnica:

Granada CF: Luca Zidane; Oscar Naasei (Samu Cortés, 83’), Manu Lama, Loïc Williams, Baïla Diallo; Martin Hongla, Manu Trigueros (Sergio Ruiz, 55’); Pablo Sáenz, Stoichkov (Pablo Insua, 72’), Rodelas (Gambín, 72’); y Shon Weissman.

Deportivo de La Coruña: Germán Parreño; Loureiro, Arnau Comas (Navarro, 75’), Dani Barcia, Sergio Escudero; José Gragera, Diego Villares (Patiño, 75’); Luismi Cruz (David Mella, 60’), Mario Soriano (Herrera, 83’), Yeremay; y Zakaria Eddahchouri (Bouldini, 60’).

Goles: 0-1: Mario Soriano, min. 43; 0-2: Zakaria Eddahchouri, min. 51; 1-2: Martin Hongla, min. 54; 1-3: Sergio Escudero, min. 91.

Árbitro: Daniel Palencia Caballero, del comité vasco. Amonestó al local Pablo Sáenz, así como a los visitantes Eddahchouri y Yeremay. Expulsó por doble amonestación al local Manu Lama.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 1ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 13.824 espectadores. Antes del inicio del partido, se guardó un minuto de silencio en memoria de los socios fallecidos durante la temporada anterior.


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