El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado la tensión comercial a nivel global al lanzar una nueva advertencia sobre el comercio de semiconductores, un sector clave para la economía y la tecnología mundial. En una declaración reciente publicada en su plataforma Truth Social, Trump amenazó con imponer «sustanciales» aranceles y restricciones a la exportación de semiconductores hacia aquellos países que continúen aplicando tasas o regulaciones digitales que, según él, perjudican de manera directa a las grandes compañías tecnológicas estadounidenses.
El mandatario denunció que varias naciones están implementando impuestos y normativas sobre servicios digitales que considera discriminatorias hacia la tecnología de Estados Unidos. Aunque no ofreció detalles específicos sobre qué países estarían en el centro de estas medidas, sí criticó lo que describe como una permisividad excesiva hacia las mayores empresas tecnológicas chinas, a las que, según Trump, se les concede un trato más favorable en comparación con las estadounidenses.
Rivalidad tecnológica y geopolítica
Este anuncio llega en un contexto de creciente rivalidad tecnológica y geopolítica, donde los semiconductores desempeñan un papel fundamental en la fabricación de dispositivos electrónicos, vehículos eléctricos, sistemas de inteligencia artificial y diversas infraestructuras estratégicas. Estados Unidos es uno de los principales productores de chips avanzados, y la administración Trump pretende reforzar la posición del país como líder en este sector.
El presidente subrayó que Estados Unidos y sus empresas tecnológicas «ya no son la hucha ni el felpudo del mundo» y exigió que otras naciones muestren respeto hacia las compañías norteamericanas. Asimismo, recordó que a principios de agosto se anunció la imposición de aranceles de aproximadamente el 100% sobre la importación de chips y semiconductores. Esta medida busca incentivar la relocalización de la producción hacia territorio estadounidense, con el objetivo de reducir la dependencia de cadenas de suministro extranjeras y fortalecer la seguridad económica y tecnológica del país.
Con estas amenazas, Trump envía un mensaje claro: Estados Unidos está dispuesto a utilizar su peso económico y su papel central en la industria de los semiconductores para proteger los intereses de sus empresas y reconfigurar las reglas del comercio internacional a su favor.
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