Una de las imágenes más esperadas del verano se ha producido en la mañana del martes 9: las máquinas han comenzado el derribo de la grada de Preferencia del estadio Benito Villamarín. Aunque ya se habían realizado trabajos previos de limpieza en el interior de la grada, este es el pistoletazo de salida de las obras de remodelación del estadio verdiblanco.
Por delante quedan dos años de trabajos para dotar al Real Betis de una estadio cinco estrellas, con uniformidad estética en todas las gradas y dotándolo de servicios e instalaciones externas a la propia actividad futbolística.
Último icono
La grada de Preferencia del Villamarín es el último vestigio de la remodelación que sufrió el estadio bético para acoger partidos del Mundial 82. Era el último icono de este estadio de cuatro gradas, dispares en su concepción en Preferencia, Fondo y los Goles, cada uno con una estética distinta.
La nueva grada de Preferencia será el elemento principal, con un edificio anexo que albergará zonas de restauración, un auditorio, la sala de prensa, estudios de televisión, tienda oficial y espacios VIP, entre otros.
Además, el estadio contará con dos plantas de sótano destinadas a aparcamiento, así como una terraza superior con vistas panorámicas del barrio de Heliópolis. El diseño de la fachada, inspirado en las trece barras del escudo del Betis, envolverá el estadio con aberturas que permitirán conexiones visuales con el entorno urbano. La nueva cubierta mejorará la experiencia de los aficionados y protegerá de las inclemencias del tiempo.
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