La moda y la Semana Santa se han combinado de una forma casi orgánica en ‘Parasceve’, la nueva colección del malagueño Rafael Urquizar. Un total de 36 pases en forma de experiencia sensorial que han deslumbrado a los espectadores de la Madrid Fashion Week. Alta costura ‘capillita’ de un diseñador de Málaga, que ha sabido trasladar a la pasarela el gusto cofrade. Incluso con marchas de fondo.
El incienso y el azahar daban la bienvenida al desfile, además de la música que acompañaba a los modelos en todo el recorrido. El Madrid Arena ha vuelto a ver a Rafael Urquizar como diseñador y creador de una colección llena de misterio y esperanza. «Con los diseños creo una interpretación del dolor», comenta Rafael Urquizar en una entrevista con 101TV.
La colección busca trasladar la tierra malagueña, su ciudad natal, a todos los asistentes, entre los que destacan medios, influencers, personas de renombre en el mundo de la moda, autoridades y posibles clientes. Inspirada en la primera luna llena de primavera en Andalucía, coincidente con el Viernes Santo, el «rastro cofrade dejó huella en cada uno de sus diseños».
Una experiencia sensorial
Los tonos blancos, negros, malvas y rojos son muestra del poder y la luz que busca transmitir en sus diseños. El desfile se desarrolló con un foco que simulaba una luna llena al fondo de la pasarela. Además de los visuales, los olores se unieron a los instrumentos de viento-metal que tocaron marchas de procesiones.
Las trompetas y los trombones sonaron al ritmo de marchas como ‘La Madrugá’ o ‘Amarguras’, que complementaban los colores serios y decididos. Al ritmo del quinteto de metales ‘Lignum Brass’, los trajes de chaqueta tomaron la pasarela, además de los colores lisos y pocos estampados.
Increíbles visuales y juego de luces
Los vestidos largos también acapararon cientos de ojos, muchos con toques de dorado que concentraron toda la luz de la sala. La pasarela pudo disfrutarse en el Madrid Arena, que estuvo llena desde principio a fin, y también en directo por ‘streaming’.
Los visuales y el juego de luces creaba una sensación de solemnidad, la pasarela se trasladó a una noche de luna llena que reflejaba el dolor de la oscuridad y la esperanza. Al final las modelos se unieron a Rafael Urquizar que sonrió con orgullo, dándose por satisfecho por unir la Semana Santa a su tierra natal en más de 40 años dedicándose al mundo de la moda.
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