Los años pasan y aquellos futbolistas que en algún momento dominaron el mundo van haciéndose mayores. Algunos son noticia por su entrada a los banquillos para ser entrenadores y otros porque sus hijos retoman el testigo. Un ejemplo es Gennaro Gattuso y su hijo Francesco, que milita en el juvenil división de honor del Vázquez Cultural de Marbella. Es del 2007 y ocupa la demarcación de central, por detrás del pivote, la posición en la que jugaba su padre.
La familia Gattuso, afincada en Marbella, está encantada con la calidad de vida de la Costa del Sol. El exfutbolista no lo escondía públicamente «¡Y no me iré, no lo haré! Si me voy ahora, que se están trabajando y entrenando así, me sentiría como un trozo de mierda, como un hombrecillo. Si pensara de otra forma me iría a Marbella a pasear a los perros», decía en su etapa como entrenador del Hajduk Split croata, donde Rakitic es director deportivo.
Francesco es dentro del campo como su padre, un líder. Un central aguerrido, intenso y con casta. Este verano firmó por el conjunto malagueño tras su paso por otro club de la ciudad; el Atlético Marbellí. En el trato, tanto él como su padre son cercanos, según aseguran los que han podido tratar con él.
Gennaro Gattuso, que no hay que descubrirlo en pleno 2025, es un asiduo de los entrenamientos de su hijo. Le gusta estar en el día a día e ir a los partidos cuando puede, que no es siempre al estar viendo partidos de cara a la selección italiana.
Franceso aún es muy joven, tiene 18 años, y es pronto para saber si llegará a ser futbolista o no. Su familia le apoya en la idea y allá donde va el padre le acompañan sus familiares. Además de su etapa en Marbella, Francesco ha estado en la cantera del Marsella y Valencia.
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