El Granada Femenino se vino abajo tras un primer tiempo correcto y terminó arrollado por un Atlético de Madrid que va como un tiro. Las rojiblancas horizontales resistieron el asedio colchonero hasta que el intermedio activó a Fiamma, incluso con alguna ocasión para inclinar la balanza a su favor. La atlética tensó el arco dos veces en apenas cinco minutos y el equipo de Irene Ferreras se deshizo como un azucarillo en el café. Boe Risa firmó la sentencia y Jensen endureció el castigo.
No hubo en realidad cuestión alguna al dominio del Atleti, aunque sí una mayor resistencia granadinista durante el primer acto. Las colchoneras salieron como aviones y las nazaríes se replegaron para achicar agua, aunque no tardó demasiado Laura Sánchez en verse recogiendo el balón del fondo de las mallas en su reaparición. Luany era el caza que lideraba la ofensiva, vertiginosa e insistente por el costado diestro. Entró como un puñal para propiciar, tras el despeje errático de Jujuba, el primer aviso de Boe Risa e inició después una ráfaga que desembocó en el otro costado. Andrea Medina elevó el esférico y Jensen lo hizo aterrizar en la red, pero el banderín señaló al cielo.
La presentación del duelo ya avanzaba serios apuros para las de casa, aunque Laura Pérez quiso saltarse el guion para cambiar el nudo de la historia. Se escapó con brío y descargó en busca de una aliada, atenta la zaga atlética para repeler el peligro. Apareció Postigo para culminar, aunque sin veneno en el disparo. Quien sí inoculó una buena dosis de mala uva fue Boe Risa, que tensó una falta escorada directamente hacia la escuadra, elástica Laura Sánchez para escupir el peligro.
La cita se agitaba y el conjunto madrileño maniataba al Granada, pero las de franjas horizontales habían levantado un muro. Se hartó de toparse con la parede Silvia Lloris y, tras una pérdida de María Barquero, aprovechó la pasividad de Miku para buscarse el tiro. Armó la pierna y apretó el gatillo, muy desviado desde fuera del área. Por el otro fondo solo se aventuraba Laura Pérez para poner en aprietos a Lola Gallardo, que tuvo poco trabajo. Lauri prolongó una acción para la carrera con denominación de origen de la granadina y, de nuevo, sirvió el gol atrás. Llegó Manoly Baquerizo, que cayó en el área, aunque la colegiada no apreció nada punible.
Los goles, tras el descanso
Todo llegó al descanso como al comienzo, pero el Atlético regresó con las garras punzantes, como si el afilador hubiera pasado por el vestuario colchonero en el entreacto. Apenas se reanudó el juego, ya celebraban las madrileñas. Fiamma le pegó tras una falta y un desvío diabólico alejó el esférico de la estirada de Laura Sánchez, que vio cómo entraba llorando en su jaula. La fortaleza se resquebrajó ladrillo a ladrillo.
En otro ataque relámpago, Fiamma esquivó la entrada de Alba Pérez como en un eslalon y, sin titubear, fustigó cruzado. Segundo gancho en cinco minutos, pero las de Irene Ferreras no se dejaban tumbar. Colgó Ari Mingueza una asistencia musical en una falta y Lauri conectó el cabezazo, pero le salió bombeado. Lo siguiente fue el directo al mentón que sí hizo al Granada besar la lona.
Se desplegaron de nuevo veloces las colchoneras y Luany, perseguida por Jujuba, se encontró en un mano a mano con Laura Sánchez. La arquera se hizo grande para nublarle la visión, pero el rechace fue a parar a Boe Risa, que sí ajustó bien desde lejos. Todo se desmoronaba y, por más que pisaban el acelerador las nazaríes, el motor no se revolucionaba. Apretaron hasta el final, pero en el envite lo que recibieron fue el cuarto, de Jensen, que aseveró el correctivo.