La Policía Nacional ha detenido a un joven de 23 años, sin antecedentes penales, como presunto autor de un delito de hurto. El implicado habría sustraído al menos dos terminales móviles del local donde trabajaba, aprovechando el gran apagón nacional ocurrido el pasado 28 de abril.
De acuerdo con un comunicado de la Comisaría Provincial, la investigación arrancó tras la denuncia interpuesta por la encargada de la tienda. En el recuento, se detectó la desaparición de seis terminales valorados en 3.255 euros, dispositivos que no habían sido vendidos y que figuraban en el inventario previo. Al cotejar los registros y auditar las ventas, se constató que dichos móviles no estaban en el establecimiento ni correspondían a clientes legítimos.
Durante las pesquisas, los agentes identificaron que dos de esos terminales estaban siendo utilizados y localizaron a las personas que los habían adquirido. Estas manifestaron haberlos comprado mediante una plataforma de venta entre particulares, asegurando no conocer su origen. A partir de estos indicios, las autoridades vincularon esas operaciones al exempleado cuya identidad coincidía con la descripción del presunto autor.
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Cómo el apagón abrió una oportunidad para el robo
La investigación determinó que la sustracción de los móviles se realizó durante el apagón nacional del 28 de abril, un episodio que dejó sin suministro eléctrico a toda la península ibérica e impactó de lleno en Granada.
En la ciudad, el restablecimiento parcial comenzó hacia la medianoche, pero muchas zonas permanecieron sin luz durante varias horas más.
Ese apagón, sin precedentes modernos en España, interrumpió también los servicios de telecomunicaciones, dejó semáforos apagados, paralizó comercios e inutilizó distintos sistemas de pago electrónico. Muchos establecimientos pequeños tuvieron que cerrar temporalmente, ya que no contaban con generadores de respaldo.
En un estudio conjunto de las universidades de Granada y Málaga, se reveló que el 61,8 % de los encuestados sintió temor durante ese corte masivo de electricidad, reflejando la profundidad del impacto social y psicológico que generó el apagón en la población local y nacional.
Para la ciudad de Granada, el apagón representó una emergencia operativa. El Ayuntamiento activó el Plan Territorial de Emergencias y suspendió actividades institucionales hasta restablecer el suministro, mientras los servicios esenciales y municipales afrontaban múltiples complicaciones.
Es en ese contexto de oscuridad, descontrol y caos en infraestructuras y comunicaciones, el detenido habría aprovechado la coyuntura para sustraer los terminales sin ser detectado de inmediato.
Estado del caso y repercusiones locales
Las autoridades mantienen abierta la investigación para determinar si hay más implicados o dispositivos sustraídos. Hasta ahora, dos de los móviles desaparecidos han sido identificados en uso y vinculados al presunto autor mediante rastros de compra en línea; los otros cuatro siguen en paradero desconocido, según indicios policiales.
Calles, comercios y ciudadanos de Granada vivieron un ambiente de vulnerabilidad durante esas horas críticas. Las pérdidas materiales y los daños colaterales producto del corte eléctrico se suman al impacto que el robo supone para la confianza y seguridad ciudadana.
Para la tienda afectada, se trata de una doble víctima: primero por la interrupción técnica externa al comercio, y segundo por el aprovechamiento ilícito de esa interrupción para delinquir. Este caso podría servir como ejemplo de cómo las fallas masivas en servicios públicos pueden generar nuevas oportunidades para delitos.
El detenido, al no tener antecedentes, ha sido dejado en libertad provisional bajo la obligación de presentarse ante la autoridad judicial cuando se le cite. El desarrollo de la causa determinará si finalmente se imputa formalmente por hurto agravado o simple, y si la fiscalía solicita pena o medidas cautelares.
Mientras tanto, en el ámbito local, el caso añade una nota de alarma: si durante fallos colectivos de infraestructura, como apagones, cortes de red, emergencias, algunos individuos aplican tácticas oportunistas, se vuelve imprescindible reforzar los controles internos, los sistemas de seguridad y la prevención en momentos críticos.
Esta detención en Granada no solo resalta una actuación policial eficaz, sino que también pone en relieve las vulnerabilidades que emergen en escenarios de crisis. En días donde el suministro básico se ve interrumpido, las fisuras en la seguridad pueden ser más fáciles de explotar.
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