La Plaza de Toros de Córdoba acogió este sábado 4 de octubre una multitudinaria celebración religiosa que reunió a más de 7.000 personas procedentes de toda la Diócesis. El evento, que transformó el recinto en un espacio de encuentro y oración, estuvo presidido por el obispo Jesús Fernández y combinó liturgia, testimonios y música católica.
La jornada comenzó con una procesión eucarística que partió desde la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba hasta el Coso de los Califas. La Custodia de Arfe recorrió las calles acompañada por la Virgen de la Fuensanta y las imágenes de los Santos Acisclo y Victoria, en lo que constituye apenas la segunda ocasión en la historia en que esta custodia sale de un templo diferente a la Catedral.
La celebración incluyó una procesión extraordinaria con la Custodia de Arfe desde la parroquia del Beato Álvaro hasta la plaza, acompañada por la Virgen de la Fuensanta
Hermandades, cofradías y diversas asociaciones diocesanas escoltaron la comitiva con sus banderas y estandartes. Adolfo Ariza, delegado diocesano de Catequesis, destacó que Jesús Sacramentado salió a las calles «para ser alimento del pueblo cristiano y ser contemplado en su divinidad».
Mensaje episcopal
Monseñor Jesús Fernández centró su homilía en la necesidad de fortalecer y avivar la fe cristiana. «Jesús nos pide que aumentemos la fe, un regalo valioso con una fuerza enorme», señaló el prelado, quien añadió que este don «permite avanzar por el bosque de la vida en medio de la noche y encontrar sentido a los pasos».
El obispo hizo un llamamiento a los bautizados para que no dejen apagar este don divino. «La participación activa en la vida eclesial resulta fundamental para acrecentar la fe», afirmó, instando a los presentes a sembrar el Evangelio con generosidad.
La celebración, presentada por la influencer católica Carlota Valenzuela, incluyó diversos elementos más allá de la liturgia formal. Se proyectaron vídeos, se compartieron testimonios personales de fe y hubo momentos musicales que mantuvieron la participación activa de los asistentes.
El acto concluyó a las 20.30 horas con un festival de música católica donde actuaron Pablo Martínez, Carlos y Carito, y Jesús Cabello, poniendo el broche final a una jornada que quedará marcada en la memoria diocesana cordobesa.
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