El flamenco se vistió de calle en Córdoba durante la noche del pasado sábado 11 de octubre. Raule convirtió la Plaza de Toros de Los Califas en un hervidero de emociones donde el compás tradicional bailó con los ritmos urbanos, demostrando que su propuesta tiene algo de rito colectivo. La Gira Dopamina 2025 pasó por la ciudad califal dejando un recuerdo imborrable en cada asistente.
El concierto arrancó con la potencia de ‘Furia y humo’, ‘Zurdo’ y ‘La depuradora’, tres temas que prendieron la mecha desde el primer minuto. La multitud, entregada, coreaba cada palabra mientras el artista jerezano desplegaba toda su energía sobre el escenario. El público cordobés respondió con la intensidad que la propuesta merecía, convirtiendo la plaza en un único latido.
El artista jerezano llenó la Plaza de Toros de Los Califas con un concierto que mezcló flamenco, pop urbano y emoción en estado puro
Tras ese arranque explosivo, Raule hizo una pausa para conectar con su gente. Visiblemente emocionado, compartió unas palabras que resonaron en cada rincón de Los Califas: ‘Este concierto es un sueño. He pasado por muchas salas en Córdoba, pero hoy sois más del doble de personas de lo que nunca había hecho’. El aplauso atronador que siguió marcó el tono de una noche que prometía ser especial.
Entre el desgarro y la ternura
El repertorio avanzó mostrando todas las caras del artista. ‘Niño salvaje’, ‘Mi canija’, ‘Muero contigo’ y ‘Perpetuo aprendiz’ se sucedieron entre el desgarro flamenco y la ternura más íntima, coreadas como auténticos himnos por un público que conocía cada letra, cada giro, cada matiz. La versatilidad de Raule quedó patente en esta primera parte, donde demostró su capacidad para emocionar tanto con la fuerza como con la delicadeza.
Pero si hubo un momento mágico, ese fue ‘Avi’, la canción que el artista dedica a su hijo. La plaza se transformó en un mar de luces cuando miles de linternas y móviles se encendieron al unísono, creando una atmósfera única. Fue, sin duda, el instante más emotivo de la velada, un paréntesis luminoso que quedará en la memoria de todos los presentes.
Dopamina en vena
La segunda mitad del concierto mantuvo la intensidad sin fisuras. ‘Corazón de cemento’ dio paso a ‘Dopamina’ —el tema que da nombre a la gira—, seguida de ‘Cruje la Cama’ y ‘Como no te voy a querer’. En esta parte, Raule mostró su faceta más pop sin abandonar nunca el pulso flamenco que define su identidad, logrando un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad.
El cierre fue una auténtica celebración. ‘Colega antibalas’, ‘Oasis imperfecto’, ‘Hasta las trancas’ y la incendiaria ‘Komando Kanalla’ pusieron a bailar y saltar a toda la plaza sin excepción. Las últimas canciones convirtieron Los Califas en una fiesta donde las diferencias se diluían y solo quedaba la música, el baile y la comunión entre artista y público.
Un sueño cumplido
Entre palmas, luces y abrazos, Raule no solo conquistó Córdoba. Lo hizo con una mezcla perfecta de humildad, talento y verdad. Lo hizo con la sensación de estar cumpliendo un sueño que, a juzgar por la respuesta del público y la energía vivida, apenas acaba de empezar. El artista jerezano demostró que su propuesta tiene recorrido, público fiel y, sobre todo, corazón.
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