La Esperanza de Triana continúa su misión evangelizadora y su llegada a las Tres Mil Viviendas está dejando una profunda huella espiritual y humana. Por ello, conocemos cómo está viviendo Sergio Codera, párroco de Jesús Obrero, estos días tan especiales.
Una fe auténtica
“Está siendo un descubrimiento de la fe existente, pero a veces no aparente. Hay mucha más fe de lo que uno puede imaginar, y se nota a flor de piel en tantas personas que vienen, que se sientan ante Ella, que se emocionan, que le hablan, que traen a sus familiares y amigos, y que vuelven un día y otro”, desvela este sacerdote.
“Está siendo un punto de encuentro ante la Esperanza, que precisamente es lo que quiere una madre, ver a sus hijos juntos, y eso lo estamos viviendo”, confiesa el párroco Sergio Codera.
El párroco de Jesús Obrero describe al barrio con un profundo respeto y cariño: “Es un barrio obrero, con muchos trabajadores, con mucha gente que madruga mucho, que se levanta para coger el autobús aunque a veces no llegue a su parada. Es un barrio de gente buena y entregada, con sus historias. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece, y aquí hay un bosque muy grande de gente muy buena”.
Una parroquia, un punto de encuentro
La Parroquia de Jesús Obrero se ha convertido estos días en un auténtico refugio de fe y convivencia. “La parroquia es mucho más que un centro social”, afirma Codera. “Es un punto de encuentro y un espacio seguro en el barrio. Es el lugar donde las personas vienen y están, porque se sienten queridas, acogidas. Hay un ambiente de familia muy bonito. Y eso tiene un gran valor, porque al final la Iglesia tiene que ser eso: comunidad”, explica este sacerdote.
Sergio Codera confiesa que lo que más le ha impresionado es la fe sencilla y profunda de sus feligreses. Entre las muchas historias que ha presenciado en estos días, recuerda especialmente una: “Ayer venía Dolores, una vecina del barrio, que con un cáncer en el pecho y otro en el costado, se emocionaba recordando a su padre y dándole las gracias a la Esperanza de Triana por venir al barrio».
Llamamiento a los sevillanos
Codera aprovecha para hacer un llamamiento a todos los sevillanos: “No os olvidéis de nosotros. Estos días está esto a rebosar, y muchos se dan cuenta de que podéis venir tranquilamente, que son calles preciosas. Venid, venid por aquí, venid a misa los domingos, que nosotros lo recibimos con los brazos abiertos. Todas estas visitas nos animan y normalizan mucho”.
La Esperanza de Triana ha llenado de vida y emoción un barrio que, como recuerda el párroco, esconde tras su aparente dureza una gran lección de humanidad.
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