La restauración de la Virgen de la Esperanza Macarena va a entrar en su fase final, «la que más tiempo va a llevar porque es la más delicada y la que requiere de más observación y reflexión para alcanzar el objetivo de la recuperación total y absoluta de la imagen», en palabras de su restaurador, Pedro Manzano.
Ahora mismo, Manzano está reponiendo de estratos de yeso, capa de preparación en las zonas donde aparece perdida, para enrasar y entrar en esa fase final de reintegración cromática.
Previamente, el restaurador ha procedido a la limpieza de la encarnadura de las manos y el rostro. También, y en coordinación con la comisión creada al efecto, se le ha retirado a la Esperanza Macarena el perno de sujeción de la corona, «porque se veía desviado ligeramente del eje central del rostro y se ha reposicionado correctamente».
Sin hongos
Previamente a estos trabajos, Pedro Manzano ha informado que antes de la limpieza de la policromía se han tomado tres muestras de la zona más sensibles, la frontal, para comparar y cotejar con las muestras que se extrajeron al inicio del tratamiento.
El Departamento de Análisis del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico también ha extraído muestras de la zona afectada del nudo y los estudios son concluyentes: no hay ataque fúngico en el nudo. como podría parecer, por lo que no hay que realizar ningún tratamiento contra hongos.
En cuanto a los resultados del TAC al que fue sometido la imagen, Manzano confirma la buena salud estructural de la talla, «y ya entendemos perfectamente cómo está construida estructuralmente la imagen». Asimismo, se ha restaurado la fisura en el lado izquierdo del rostro de la Virgen.
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