El torero jerezano Rafael Soto Moreno, conocido como Rafael de Paula, ha fallecido este domingo a los 85 años. Considerado una de las figuras más carismáticas y singulares de la tauromaquia, de Paula fue reconocido por su dominio del capote y su estilo personal que, para muchos, lo convirtieron en uno de los mejores de la historia.
Nacido en Jerez de la Frontera el 11 de febrero de 1940, Rafael de Paula destacó no solo por su técnica en los ruedos, sino también por su personalidad bohemia y extravagante, que impregnaba tanto su vida cotidiana como sus actuaciones taurinas.
Mérito en las Bellas Artes
En 2002, el Ministerio de Cultura reconoció la trayectoria del torero jerezano, de origen gitano, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la máxima distinción que concede el Estado en materia cultural. La plaza de toros de Jerez mantiene una placa que recuerda una faena histórica del torero en 1979, un momento que marcó su carrera y su legado en la tauromaquia.
Los expertos y cronistas taurinos coinciden en que Rafael de Paula ha sido uno de los mejores capoteros de todos los tiempos, capaz de bordar verónicas con gran elegancia y técnica. Además, fue apoderado del diestro Morante de la Puebla, consolidando su influencia en las nuevas generaciones de toreros y dejando una huella imborrable en la historia del toreo.
De Paula fue también coetáneo de Curro Romero y compartió con él numerosas tardes de toros. Debutó en Ronda en mayo de 1957 y tomó la alternativa tres años después de manos de Julio Robles, con Antonio Ordóñez como testigo. Sin duda, a día de hoy es todo un referente imprescindible para las nuevas generaciones de toreros.