El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha reiterado este miércoles en el juicio que se celebra en su contra en el Tribunal Supremo (TS) que borra sus mensajes de WhatsApp «sistemáticamente» por razones de seguridad, porque no es el dueño de esos datos, sino solo su «custodio» porque afectan a terceras personas.
A preguntas de su defensa, ha explicado que es «muy consciente» de la importancia de la protección de datos, aunque ha reconocido que en la Fiscalía aún «cuesta», sobre todo en su caso porque los fiscales tienen obligación de informarle sobre los asuntos más importantes. «Secretos y no secretos», ha enfatizado.
Al hilo, ha defendido que «esta eliminación de datos es preceptiva» porque si su teléfono móvil «acaba en manos de terceras personas» –«si me lo dejo encima de una mesa, me lo roban o me lo ‘hackean’– estoy poniendo en peligro a terceras personas de este país».
En consecuencia, ha razonado que hace «borrados sistemáticos». «Yo no dejo que permanezca más de un mes en mi WhastApp la información», ha precisado.
Por ello ha razonado que el borrado que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil asegura que se hizo el 16 de octubre de 2024, cuando le encausó el Supremo, seguramente no ya afectó a los mensajes de los días clave de la presunta filtración –del 8 al 14 de marzo– porque no estaban en su teléfono desde hacía meses.
«Lo primero es que yo no estoy seguro de que sea ese borrado (…) Lo que estoy seguro es que en ese momento, ni el mes anterior ni el anterior, existían los ‘Whatsapp’ que se supone que son objeto de esta causa», ha sostenido.