La Policía Nacional ha asestado un golpe definitivo a la delincuencia itinerante con la desarticulación de un grupo criminal organizado procedente de Nápoles (Italia). En el marco de la denominada Operación Góndola, agentes de la Brigada de Policía Judicial de Córdoba y Sevilla han detenido a tres personas especializadas en una doble modalidad delictiva: la venta fraudulenta de tecnología falsificada y el robo con violencia cuando sus víctimas descubrían el engaño.
El operativo, que ha culminado con arrestos en la capital hispalense, ha permitido esclarecer delitos cometidos tanto en Córdoba como en la localidad granadina de Motril. Uno de los tres detenidos ya ha ingresado en prisión por orden judicial.
Del ‘paquete no entregado’ a la intimidación armada
El aspecto más alarmante de este grupo era su modus operandi, una estrategia perfectamente ensayada que combinaba la ingeniería social con la violencia física. Los delincuentes seleccionaban cuidadosamente sus escenarios: áreas de servicio y polígonos industriales, lugares de tránsito donde es fácil abordar a conductores desprevenidos.
Allí, se hacían pasar por repartidores de conocidas empresas de logística y paquetería. Su gancho era sencillo pero efectivo: alegaban que no habían podido entregar un pedido a un cliente y, para no devolver la mercancía, ofrecían un ‘pack’ tecnológico —generalmente un teléfono de alta gama y un reloj inteligente— a un precio muy inferior al del mercado.
Sin embargo, lo que comenzaba como una estafa por la venta de réplicas falsificadas, a menudo derivaba en situaciones de alto riesgo. Si la víctima se percataba de que los productos no eran originales, los estafadores abandonaban su papel de vendedores amables y recurrían a la intimidación con armas de fuego para consumar el robo y asegurar su huida.
Una investigación iniciada en Córdoba
Las pesquisas policiales arrancaron en Córdoba tras la denuncia de un ciudadano. La víctima relató haber pagado 500 euros por lo que creía ser un terminal móvil de última generación y un ‘smartwatch’, descubriendo posteriormente que eran falsificaciones sin valor.
Los investigadores lograron identificar inicialmente a uno de los presuntos autores, de origen napolitano. Al tirar del hilo, descubrieron que no actuaba solo. Se trataba de una célula criminal compuesta por tres individuos que operaban con gran movilidad por todo el territorio nacional.
Esta movilidad era clave para su impunidad. Tras cometer una serie de delitos, los integrantes del grupo regresaban a Italia para «enfriar» la situación, lo que dificultaba enormemente su localización. Hasta el momento de su captura, acumulaban más de 32 hechos delictivos bajo investigación y tenían vigentes diversas reclamaciones judiciales.
Captura ‘in extremis’ en Sevilla
El desenlace de la Operación Góndola se produjo en Sevilla, en un momento crítico. Los agentes localizaron a los tres sospechosos en un concesionario de alquiler de vehículos, justo cuando se disponían a devolver el coche utilizado para sus desplazamientos y regresar a Italia.
Durante la detención, la Policía recuperó cerca de 8.000 euros en efectivo, así como material tecnológico falsificado (un teléfono y un reloj) listo para ser colocado en el mercado negro.
A los tres detenidos se les imputan delitos de robo con violencia e intimidación, estafa, pertenencia a grupo criminal y las reclamaciones judiciales pendientes. Mientras que dos de ellos han quedado en libertad con cargos, el tercer implicado ha sido enviado a prisión, cerrando así el capítulo de una banda que había hecho de las carreteras andaluzas su zona de caza.
Más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es