La tensión laboral ha alcanzado un punto crítico en la sede de Hitachi Energy en Córdoba. La dirección de la compañía ha tomado la drástica decisión de clausurar su centro de trabajo y suspender toda la actividad programada hasta el próximo lunes 24 de noviembre. Esta medida, de carácter inmediato, responde a los incidentes registrados en las últimas horas, derivados de un conflicto abierto entre la plantilla y la gerencia.
El detonante de esta situación ha sido el encierro protagonizado por una parte de los trabajadores en las propias instalaciones de la fábrica. La protesta comenzó en la tarde del miércoles y se extendió hasta la mañana de este jueves. Según ha informado el comité de empresa —el órgano que representa a los trabajadores—, esta movilización fue la respuesta a la decisión de la dirección de «apercibir» al presidente y al secretario del comité. En el ámbito laboral, un apercibimiento es una sanción o amonestación formal por escrito que puede ser el paso previo a medidas disciplinarias más graves.
Prioridad: la seguridad y el orden
Ante este escenario de conflicto, Hitachi Energy ha remitido un comunicado en el que justifica el cierre temporal como una medida preventiva necesaria. La empresa argumenta que, «a raíz de los últimos acontecimientos», es imperativo «garantizar la seguridad de todos los empleados de la plantilla».
El objetivo de la clausura es «reforzar la seguridad» y asegurar que ningún trabajador encuentre dificultades ni situaciones de riesgo, tanto al acceder como al salir del recinto. Para gestionar esta interrupción abrupta de la actividad, la empresa ha activado un protocolo específico que permitirá a los empleados recoger sus pertenencias personales y retirar sus vehículos de manera ordenada y sin incidentes.
Llamada a la responsabilidad
En su comunicación, la multinacional tecnológica ha querido recalcar que sus operaciones se basan en tres pilares: «calidad, seguridad e integridad». Desde la dirección insisten en que estos valores forman parte del «ADN» de la compañía y se reflejan en sus altos estándares internos.
La empresa ha lanzado un mensaje velado sobre los límites de las protestas, señalando que el cumplimiento de las normas es crucial. Exigen que, tanto directivos como trabajadores, actúen «responsablemente» y dentro del marco acordado, sin «exceder sus competencias» ni poner en riesgo la ejecución segura de las tareas operativas. Para Hitachi, la seguridad es la «máxima prioridad en cualquier situación» y no debe verse comprometida bajo ninguna circunstancia.
Un gigante de la electrificación
La paralización de esta planta es significativa dada la relevancia de Hitachi Energy en el sector industrial. La compañía, con sede en Suiza, se define como un líder tecnológico global en electrificación sostenible. Su actividad se centra en el desarrollo de soluciones para redes eléctricas, alta tensión y transformadores, tecnologías de las que, según sus datos, dependen más de 3.000 millones de personas en todo el mundo.
Con una plantilla global de 50.000 personas en 60 países y presencia en más de 140 naciones, la planta de Córdoba es un referente dentro de su estructura. La compañía ha asegurado que, tras este parón, seguirá trabajando para mantener los compromisos adquiridos con sus clientes y los valores que han consolidado su posición en la industria.
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