Córdoba ha sido designada Capital Mediterránea de la Cultura y del Diálogo 2027, compartiendo esta distinción con la ciudad libanesa de Saida. El nombramiento fue ratificado el pasado viernes por los ministros de Asuntos Exteriores de los 43 países miembros de la Unión por el Mediterráneo (UpM) durante su décimo Foro Regional, celebrado en Barcelona coincidiendo con el Día del Mediterráneo.
El alcalde de Córdoba, José María Bellido, manifestó su confianza en que esta designación deje un impacto duradero en la ciudad. “Queremos que no sea sólo un escaparate”, declaró el regidor, quien destacó que esta capitalidad representa una oportunidad excepcional para consolidar el papel histórico y actual de Córdoba como centro cultural y de diálogo en el Mediterráneo.
Bellido subrayó que la designación supone “una ventana importante” para mostrar al mundo una Córdoba abierta y culturalmente relevante. El alcalde enfatizó que el año 2027 coincidirá con una efeméride significativa: el centenario de la muerte de Luis de Góngora, el célebre poeta barroco cordobés. Ambos eventos se coordinarán, convirtiendo la figura de Góngora en uno de los ejes centrales de la programación cultural.
Un puente histórico entre continentes
La elección de Córdoba no es casual. La ciudad andaluza ha sido durante siglos un punto de encuentro entre civilizaciones, actuando como puente entre el Mediterráneo y el Atlántico, y entre Europa, África y América. Su historia como capital romana de la Bética y como metrópolis del Califato de Al-Andalus en el siglo X la convirtieron en un referente mundial de convivencia, pensamiento y creatividad.
Este rico legado se refleja en su extraordinario patrimonio: Córdoba cuenta con cuatro declaraciones de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Entre ellas destacan la Mezquita-Catedral, el Centro Histórico, la ciudad califal de Medina Azahara y la emblemática Fiesta de los Patios. Además, el Flamenco y la Dieta Mediterránea, reconocidos como patrimonio inmaterial, forman parte de su identidad cultural compartida.
Una programación ambiciosa y participativa
El alcalde adelantó que la gestión de esta capitalidad no será exclusiva del Ayuntamiento. Se creará una estructura de gobernanza compartida que incluirá a instituciones como la Junta de Andalucía, la Universidad de Córdoba y diversas fundaciones culturales de la ciudad. El objetivo es que la ciudadanía cordobesa sea protagonista activa del proyecto.
“Vamos a centrarnos más en programas de trabajo que en infraestructuras”, explicó Bellido. Las prioridades incluirán el desarrollo del talento joven, la creación de una sólida red de diplomacia urbana con Córdoba como epicentro en el Mediterráneo y Europa, y el impulso de programas de creación cultural innovadores.
La programación será abierta, participativa y descentralizada. Los monumentos emblemáticos de la ciudad se transformarán en escenarios para música, artes escénicas, exposiciones colaborativas y debates ciudadanos. Se busca convertir a Córdoba en un “laboratorio vivo del diálogo” intercultural.
Colaboración entre dos orillas
La capitalidad se comparte con Saida, la antigua Sidón fenicia del Líbano, una ciudad que representa la resiliencia cultural en el Mediterráneo. Esta asociación refuerza la idea de tender puentes entre las orillas norte y sur del mar Mediterráneo. Ambas ciudades desarrollarán durante 2027 un programa conjunto centrado en el diálogo intercultural, la sostenibilidad, la igualdad de género, la inclusión digital y la protección del patrimonio material e inmaterial.
La colaboración incluirá eventos espejo simultáneos en ambas ciudades, intercambios institucionales y proyectos culturales comunes que fortalezcan los lazos entre las dos civilizaciones mediterráneas.
Compromiso con la sostenibilidad
La candidatura cordobesa ha contado con el respaldo unánime de la sociedad civil, el tejido asociativo, las instituciones culturales y educativas, así como de las administraciones municipal, autonómica y estatal. Este amplio consenso refleja el compromiso de toda la ciudad con el proyecto.
La programación se alineará con los grandes objetivos internacionales de sostenibilidad: el Pacto Verde Europeo, la Agenda Urbana de Córdoba y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Se incorporarán criterios rigurosos de sostenibilidad ambiental, accesibilidad universal y justicia social en todas las actividades.
Esta iniciativa fue impulsada por la Unión por el Mediterráneo y la Fundación Anna Lindh, y Córdoba se suma así a una trayectoria iniciada por Tirana y Alejandría (2025) y Matera y Tánger (2026). La designación consolida el Mediterráneo como un espacio común de memoria histórica, creatividad cultural y construcción de un futuro compartido entre pueblos y civilizaciones.
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