La situación en la Alameda de Hércules se ha vuelto “cada día más grave”, según denuncian los residentes de la zona. David López, presidente de la asociación vecinal ‘Sevilla Se Muere’, advierte de que los vecinos “están viendo perder su calidad de vida en sus propias casas” debido a un conjunto de factores que, asegura, se han intensificado en los últimos años.
López describe la Alameda como un reflejo del problema que afecta a buena parte del casco antiguo, aunque —señala— aquí se vive “con especial intensidad por la concentración de lugares de ocio”. A ello se suman tres fenómenos que, según afirma, están agravando el conflicto vecinal: la “eventización” constante del espacio público, la proliferación “sin control” de viviendas turísticas y hoteles, y los incumplimientos reiterados de parte de la hostelería.
“En Sevilla no hay día en que no se celebre algo”, apunta López, quien sostiene que esta dinámica incrementa de manera continua la afluencia de visitantes en un entorno ya saturado. Junto a ello, lamenta la expansión de alojamientos turísticos, que, a su juicio, “masifican aún más la zona”, y la “sobreabundancia” de bares y restaurantes que, según los vecinos, en muchos casos no respetan horarios ni limitaciones de veladores.
El presidente de ‘Sevilla Se Muere’ asegura que estas circunstancias hacen “muy difícil” la vida cotidiana: “el descanso, el paseo o llevar una vida normal se han vuelto complicados”. A este escenario, añade, se suman episodios vinculados a eventos multitudinarios, como partidos de fútbol, que generan “temor y miedo” entre los residentes por “vandalismo y algarabías callejeras”.
Peleas, abandono y falta de presencia policial
Según relata, en los últimos tiempos se han vuelto habituales las “carreras nocturnas”, peleas, actos violentos y lanzamiento de cohetes en calles como Correduría, Feria o la propia Alameda. “Antes era algo excepcional y ahora es muy común”, afirma. Pese a esta situación, los vecinos denuncian que tanto el Ayuntamiento como el Distrito Casco Antiguo “tienen la zona completamente abandonada”.
López subraya la “paradoja” de que un área en la que existen comisarías de Policía Nacional y Policía Local carezca, según los residentes, de una vigilancia efectiva. “Ni el Ayuntamiento ni el distrito hacen nada por revertir esta situación”, lamenta.
Por ello, los vecinos reclaman una mayor presencia policial y una intervención municipal que permita recuperar condiciones de vida “normales y dignas”. Entre sus principales demandas figura la declaración de la Alameda y sus calles adyacentes —desde Feria hasta San Luis, el barrio de San Lorenzo o Calatrava— como zona acústicamente saturada, una figura que permitiría establecer restricciones específicas para reducir el ruido.
“Ha llegado el momento de que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto a favor de un vecindario que no puede vivir dignamente en su barrio”, concluye López. De lo contrario, advierte, los residentes podrían verse obligados a “salir a la calle” para visibilizar su situación.
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