El grupo de trabajo interdisciplinar de la Universidad de Granada, encargado de los procesos de exhumación e identificación de represaliados del franquismo en el Barranco de Víznar, ha logrado identificar los restos de cuatro nuevas víctimas. Se trata de Carmen Rodríguez Parra, Francisco Soriano López, José Raya Hurtado y José García Esteban.
Estos avances forman parte del proyecto Universidad y Memoria, una iniciativa activa desde 2021 que trabaja en uno de los espacios de mayor trascendencia histórica de la represión franquista en Andalucía.
Familiares reciben los restos de Francisco Ruiz y Fermín Roldán, exhumados en el Barranco de Víznar
Exhumaciones, investigación y memoria
El proyecto de exhumación y análisis del Barranco de Víznar es uno de los más relevantes puestos en marcha en Andalucía en la última década. Desde su inicio en 2021, ha sido financiado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y la Junta de Andalucía, y ejecutado por un equipo multidisciplinar de la UGR formado por antropólogos forenses, historiadores, arqueólogos, genetistas y especialistas en memoria democrática.
La labor del equipo se ha visto reconocida institucionalmente. El pasado 26 de noviembre recibieron la Medalla de Oro de la Provincia de Granada, un galardón que pone en valor su contribución científica, histórica y social.
Esta distinción llega, además, en un momento crucial. Actualmente se encuentran trabajando en la fosa de mayor envergadura localizada hasta la fecha, donde fueron arrojadas alrededor de 20 personas. La excavación de esta fosa supone un reto técnico y logístico, tanto por su volumen como por el estado de los restos, pero también abre la puerta a nuevas identificaciones en los próximos meses.
El trabajo no se limita a la excavación. En paralelo, el equipo mantiene activo el proceso de cotejo genético, mediante el cual se comparan muestras de ADN de los restos recuperados con las aportadas por familiares. Este procedimiento, esencial para las identificaciones, permite reconstruir historias silenciadas durante más de ocho décadas.
En el caso de las cuatro víctimas recién identificadas, los familiares directos fueron quienes impulsaron la demanda de búsqueda, entregando muestras genéticas para el cotejo o aportando sus datos y testimonios.
Más allá de Víznar
Aunque el Barranco de Víznar se ha convertido en uno de los epicentros del trabajo memorialista en Granada, no es el único lugar donde la UGR y otras entidades desarrollan intervenciones. Paralelamente, el equipo ha concluido recientemente su cuarta campaña de exhumaciones en el cementerio municipal de Padul, en la comarca del Valle de Lecrín. Allí han logrado recuperar 27 víctimas, un hallazgo significativo que refuerza la magnitud de la represión y el esfuerzo institucional por devolver la identidad a quienes fueron asesinados sin registro ni sepultura digna.
Estos trabajos forman parte de un marco más amplio de políticas de memoria democrática que, desde diferentes administraciones, buscan garantizar el derecho de las familias a recuperar a sus seres queridos y a conocer la verdad sobre lo ocurrido durante la guerra civil y la dictadura. La combinación de excavación arqueológica, investigación documental y análisis genético permite reconstruir, caso a caso, la historia de cientos de personas desaparecidas.
El avance en Víznar evidencia tanto la complejidad del proceso como su importancia histórica. De las 166 víctimas recuperadas hasta el momento, solo 11 han podido ser identificadas de forma plena, pero el equipo confía en que el número aumente gracias a las nuevas muestras recibidas y a la ampliación del banco genético. Cada identificación no solo aporta conocimiento científico, sino que repara, aunque sea simbólicamente, a las familias que durante décadas no han podido acceder a una tumba con un nombre.
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