No fue esta una de las tantas jornadas en las que el Granada naufraga, sino una de esas en las que vuelve a pagar cara su clemencia. Porque en El Molinón se instauró la alternancia y, de nuevo, tuvieron los de franjas horizontales ocasiones para romper el hielo. Una, incluso, acabó en la red, anulada por un fuera de juego milimétrico de Souleymane Faye, pero el resto fue al limbo. El Sporting iba por el mismo camino, a punto de concluir la tarde sin comerse una rosca, pero en el último suspiro apareció César Gelabert con la fusta para castigar la compasión granadinista.
Ninguno se guardó respeto ni un instante, movidos ambos conjuntos por intenciones que, podrían haber jurado solemnemente, no eran buenas. Apenas el balón empezó a rodar, Álex Corredera movió la varita para hacerlo volar hasta el pecho de Gaspar Campos, que tras acomodarlo intentó fusilar, seguro Zidane. El exgranadinista Pablo Vázquez giró el cuello en el córner, pero sin margen para dirigir el cabezazo de espaldas. Tan pronto pudo el Granada salir disparado, Manu Lama se aventuró a pisar la línea de fondo y tensar el envío atrás, sin aliados que le pusieran el lazo. Fue la manera en que declararon su intención beligerante, el inicio de una suerte de turnismo ofensivo, aunque con balas de fogueo. Hasta que quiso Gelabert.
El Granada se desplegaba con brío, aunque era el Sporting quien, en busca siempre de la pradera tras la zaga nazarí, se movía con más fluidez. Diego Sánchez facturó un balón a Corredera, que solo pudo acariciarlo con los tacos, y más tarde se giró para que Gaspar tensara el centro a ras de hierba. Esta vez apareció Manu Lama, que desvió hacia su meta, felino Luca Zidane. Eran minutos de dominio asturiano, con los nazaríes maniatados, pero el control duraba poco en ambos casos. La réplica de los de franjas horizontales acabó en la red, certero el remate de Faye en una falta que colgó Alemañ, pero desde la sala VOR chivaron que el senegalés, al parecer, tenía una costura de la camiseta adelantada.
Era ya el turno granadinista, que empezó a merodear la meta de Rubén Yáñez. Arnaiz sirvió desde la esquina y Loïc Williams acarició con la frente la pelota para que llegara más lejos. En el segundo poste la vio venir Jorge Pascual, que tuvo tiempo de imaginar toda una vida después de marcar ese gol. Tanto que debió de obnubilarse y el frentazo acabó por encima de la meta. La atención se fue rápidamente al otro fondo, donde Guille Rosas impulsó el enésimo centro sportinguista, esta vez a la cabeza de Diego Sánchez, que se encontró con el travesaño.
Más alternancia hasta el gol
La cosa siguió igual tras el paso por los vestuarios, un fuego cruzado en el que podría haber caído cualquiera, pero ninguno se hacía un rasguño. Lax Franco hubo de sacar a sus compañeros de la sala VOR del error cuando le instaron a revisar una posible falta sobre Jorge Pascual, que anduvo vivo en la presión, poco antes de que Curbelo pusiera el balón en órbita. Después fue Guille Rosas quien persiguió el tanto, aunque golpeó con el tobillo muy abierto. Se aliaron en respuesta Faye y Rubén Alcaraz para que Arnaiz, que entraba con el cuchillo entre los dientes, concluyera con un tiro cruzado.
El Granada empezó entonces a afilarse, pero Pacheta vio que la pólvora estaba mojada y rescató del banquillo a Bouldini. Recibió al poco de entrar un centro raso de Oscar Naasei e intentó encauzarlo con la espuela, inocente el toque. Dani Queipo emprendió la respuesta inmediata, pocos minutos después de saltar al campo, y cayó en el choque con Manu Lama. El colegiado señaló el punto fatídico, pero en esta ocasión la repetición sí invitó a cancelar la pena máxima.
Al duelo le quedaba ya poco pulso y todo se encaminaba a la tregua, pero a Gelabert se le encendió la bombilla. Él se lo guisó y él se lo comió. Culebreó frente a Baïla Diallo y Manu Lama hasta despegarlos, para seguidamente colocar la mira en la misma cepa del poste. Apretó el gatillo y el golpeo cruzado fue preciso, directo a las mallas. El Granada se volcó para evitar el desastre, pero Yáñez esquivó las balas. Los de Pacheta se volvieron de vacío. Todavía tienen algo de margen con el descenso, pero cada punto que se escapa ya duele. No les conviene volver por sus fueros.
Ficha técnica:
Sporting de Gijón: Rubén Yáñez; Guille Rosas, Eric Curbelo, Pablo Vázquez, Diego Sánchez; Nacho Martín, Juan Bernal (Dubasin, 74’); César Gelabert (Manu Rodríguez, 90+6’), Álex Corredera, Gaspar Campos (Dani Queipo, 74’); y Juan Otero.
Granada CF: Luca Zidane; Oscar Naasei (Pau Casadesús, 82’), Manu Lama, Loïc Williams, Baïla Diallo; Rubén Alcaraz (Manu Trigueros, 82’), Pedro Alemañ; Álex Sola, José Arnaiz (Pablo Sáenz, 81’), Souleymane Faye (Sergio Ruiz, 65’); y Jorge Pascual (Bouldini, 65’).
Goles: 1-0: César Gelabert, min. 89.
Árbitro: Salvador Lax Franco, del comité murciano. Amonestó a los locales Diego Sánchez y Pablo Vázquez, así como a los visitantes Sergio Ruiz y Baïla Diallo. También amonestó al entrenador local, Borja Jiménez.
Incidencias: encuentro correspondiente a la 18ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio El Molinón- Enrique Castro Quini, ante 19.346 espectadores.