La Guardia Civil ha asestado un golpe definitivo a una de las estructuras de narcotráfico más activas de la provincia de Córdoba. La denominada «Operación contra el tráfico de resina de cannabis» ha culminado con la detención de 16 personas y la incautación de un importante arsenal de sustancias estupefacientes, dinero en efectivo e incluso productos agrícolas de procedencia ilícita.
La investigación, liderada por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), se ha desarrollado en tres fases estratégicas desde el pasado verano. El balance final arroja cifras contundentes: más de 1.200 kilos de hachís, 1,3 kilos de cocaína de gran pureza y 1.200 kilos de aceituna sustraída. Tras pasar a disposición judicial, seis de los arrestados ya han ingresado en prisión preventiva.
Un camión en Lucena: el origen de la investigación
El hilo del que tiraron los agentes apareció en julio. Durante un control en el término municipal de Lucena, la Guardia Civil interceptó un camión que ocultaba en su interior 1.200 kilos de hachís. En aquel momento, cinco personas fueron detenidas y enviadas a prisión de inmediato, marcando el inicio de una labor de seguimiento para identificar a los cabecillas de la red.
Los investigadores descubrieron que no se trataba de un transporte aislado, sino de una estructura organizada. Este tipo de grupos funcionan de forma jerárquica: unos se encargan del transporte logístico, otros de la custodia de la mercancía y un tercer grupo de la distribución final en puntos de venta locales.
El laboratorio de «cocaína en roca» en Cabra
En septiembre, la operación avanzó hacia su segunda fase en la localidad de Cabra. Allí, los agentes detuvieron a un hombre de 46 años y desmantelaron lo que en el argot policial se conoce como un centro de adulteración.
En este inmueble, la organización transformaba la droga para aumentar sus beneficios. Se intervinieron tres bloques de cocaína en roca (sustancia con un alto grado de pureza antes de ser rebajada) que sumaban 1,2 kilos, además de dosis ya preparadas para el mercado minorista.
Para este proceso, utilizaban una prensa hidráulica, una herramienta empleada para compactar la droga en bloques y facilitar su transporte oculto. También se hallaron sustancias como cafeína y acetona, utilizadas para el «corte» o adulteración de la cocaína, una práctica común para multiplicar el volumen de la sustancia antes de venderla.
Golpe final: drones, perros y registros simultáneos
La fase definitiva de la operación tuvo lugar a mediados de diciembre. Un despliegue de 150 agentes realizó registros simultáneos en siete viviendas, una nave industrial y un lagar repartidos entre Córdoba capital, Navas del Selpillar, Moriles y la localidad sevillana de Badolatosa.
En este despliegue participaron unidades de élite como la Agrupación Rural de Seguridad y el servicio aéreo con drones, fundamentales para vigilar posibles fugas desde el aire. También fue clave el servicio cinológico, donde perros adiestrados localizaron 30 kilos de hachís repartidos en 280 tabletas y más de 35.000 euros en metálico.
Como detalle inusual, los agentes hallaron 1.200 kilos de aceituna robada, lo que vincula a la organización con delitos de hurto en el sector agrícola, aprovechando la infraestructura de transporte de la que disponían. Con esta operación, la Guardia Civil da por desmantelada la red, retirando de las calles una cantidad ingente de droga y desarticulando sus puntos de logística en toda la comarca.
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