«Resulta fascinante ver la sonrisa de los niños al ver cómo su carta se envía al Polo Norte». Uno de los momentos más esperados en estas fechas navideñas es la visita a Papá Noel. Estas fechas están cargadas de emoción y alegría, pero quienes la viven con más ilusión son los más pequeños. Y en una casa en Benalmádena, el espíritu navideño se repartía entre todas las familias que iban a conocer a Papá Noel.
Los niños que llegaban de la mano de sus padres, como quien cruza una frontera importante, traían listas dobladas con cuidado, otros confiaban en la memoria y los más pequeños solo en la intuición. Había quien pedía juguetes con una precisión asombrosa, una bicicleta de Elsa de Frozen, acuarelas, juegos de mesa e incluso una lavadora de jabón para su futura casa. Hay quien se conformaba con decir «uno grande» o «tráeme algo sorpresa». Papá Noel asentía, preguntaba y sonreía y tomaba nota de todo, incluso de lo que no se decía.
Además de juguetes, los deseos de Navidad florecen
Porque entre muñecas, coches y videojuegos aparecían los otros deseos, los que no caben en una caja ni se envuelven con papel brillante. «Que mi familia esté siempre sana», dijo un niño con voz firme. «Estar siempre juntos», añadió una niña que miraba con amor a su madre. «Que todo el mundo lo pase bien», pidió otro, como si entendiera que la felicidad también puede ser colectiva. Papá Noel escuchaba en silencio, con esa atención antigua que ya casi no se encuentra. En una esquina, unos padres miraban la escena con los ojos húmedos y una sonrisa contenida. Celebraban algo más que la Navidad: las primeras fiestas de una nueva integrante.
La casa llena de luces, aunque con el Grinch del vecino intentando robar la Navidad, no impidió que se apagase el ambiente que era esa mezcla de inocencia y emoción que solo se da en diciembre. Allí, entre fotografías, abrazos y polvos mágicos, se confirmaba una certeza sencilla: cuando a los niños se les pregunta qué quieren por Navidad, no siempre responden con cosas. A veces responden con lo esencial.
Al salir de esta conversación con Papá Noel, la casa, junto con sus luces y bastones de caramelo, se llenó de deseos compartidos, de familias que se buscan y de palabras simples que dicen mucho. Una casa donde, por unas horas, la Navidad dejaba de ser una fecha para convertirse en un sentimiento. Y eso, al menos ayer, parecía suficiente.
Más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es