Cuando se escucha la palabra Torremolinos pueden venir a la mente muchos conceptos y muchos nombres famosos como por ejemplo Brigitte Bardot. La actriz francesa, fallecida este domingo a los 91 años, es uno de los rostros que puso en el mapa internacional a la que por entonces era una barriada de Málaga. De hecho, una imagen suya preside la fachada del Hotel Adriano, en pleno centro de la localidad costasoleña. Un mural de Nesui, artista gallego aficando en Málaga que pintó en grandes dimensiones a este icono del cine galo a través de una foto de ‘Los joyeros del claro de luna’, una película rodada en 1954 en las mismas calles.
Muere Brigitte Bardot, la musa del cine francés, a los 91 años
El paso de Brigitte Bardot, también conocida como BB, por España estuvo repleto de anécdotas. Torremolinos fue uno de sus refugios en los años cincuenta en los que era una de las actrices más reconocidas a nivel internacional. Amante del Mediterráneo y buscando el amparo del Sur de España en unos años en los que su fama escalaba montaña, vino en 1954 para esta película dirigida por su entonces marido Roger Vadim.
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«La Saint-Tropez española»
La intérprete se quedó prendada de Torremolinos, que llegó a bautizar como la «Saint-Tropez española». Su presencia en la España pacata de entonces provocó un gran revuelo con su belleza exuberante que no sentó igual de bien a todos los vecinos, que veían en la figura de Bardot el prisma de la inmoralidad. Años difíciles en la Europa meridional, que sin embargo pudo disfrutar de los mejores artistas del momento debido a que los rodajes eran más baratos en zonas como Almería o la Costa del Sol, que emergieron como platós de cine.
La exposición de La Térmica
La Térmica llegó a realizar una muestra bajo el título ‘Brigitte Bardot. Mito y clichés en Málaga’, que desgranó estas aventuras de la musa del cine francés por la provincia. La actriz, que abandonó hace medio siglo la actuación para dedicarse a la lucha animalista y a su Fundación, cumplió con todos los estereotipos del momento: toreó en la plaza de Mijas, posó con un mantilla, condujo un coche descapotable cuando era raro ver grandes turismos por España o, incluso, participó en fiestas populares. La cámara del fotógrafo Yves Mirkine sirvió para capturar aquellas imágenes que forman ya parte de una época y de la historia de Málaga.
La actriz aprovechó aquella estancia malagueña para hacer ‘migas’ con su burro Romeo, que era uno de los figurantes del rodaje de ‘Los joyeros del claro de luna’, un filme que se grabó en El Chorro y en otros escenarios de Málaga y que ayudó a forjar el mito de Torremolinos.
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