La Ejecutiva Nacional de Vox acordó este martes la expulsión de Javier Ortega Smith de la dirección del partido, cerrando así un capítulo de creciente distanciamiento entre uno de los fundadores de la formación y Santiago Abascal. La decisión, que ya se anticipaba en los círculos internos tras la pérdida de la portavocía adjunta en el Congreso el pasado noviembre, supone el desenlace de una pugna de poder que se remonta a 2022.
En su lugar, la Ejecutiva ha designado a Júlia Calvet, actual portavoz nacional de Juventudes y diputada en el Parlament catalán, como nueva vocal. El movimiento refuerza la estrategia de Abascal de renovar la cúpula con perfiles jóvenes tras la ratificación de su liderazgo en la Asamblea General de 2024.
Una caída anunciada desde 2022
Ortega Smith conservará su escaño en el Congreso, donde mantiene la portavocía en la Comisión de Justicia, así como la del grupo municipal de Vox en Madrid. Sin embargo, su salida de la Ejecutiva culmina un proceso de marginación que se aceleró tras los enfrentamientos con Macarena Olona y, especialmente, después de que trascendieran sus intenciones de disputar el liderazgo a Abascal.
La relación entre ambos se enfrió definitivamente cuando, en 2022, tras la salida de Olona del partido, Abascal reestructuró la dirección y retiró a Ortega Smith la Secretaría General para colocar en su lugar a Ignacio Garriga. Fue el primer movimiento de una estrategia que culmina ahora con su expulsión total de los órganos de decisión.
Abascal aparta definitivamente al cofundador tras dos años de deterioro y sitúa en su lugar a Júlia Calvet, representante de la nueva hornada de dirigentes del partido
En 2023, Ortega Smith realizó unas declaraciones que fueron interpretadas como una crítica velada a la gestión de Abascal: advirtió de que Vox «no puede convertirse en una agencia de colocación». El mensaje no pasó desapercibido por la dirección del partido, que valoró las palabras como un desafío interno en toda regla.
El amago de rebelión en la Asamblea de 2024
El punto de no retorno llegó cuando diversos medios publicaron que Ortega Smith se planteaba presentar batalla a Abascal en la Asamblea General de 2024. Finalmente no lo hizo, y el presidente fue ratificado con más del 90% de los votos. Pero la desconfianza ya estaba instalada. Abascal decidió entonces degradar a Ortega Smith de la vicepresidencia a vocal, aunque manteniéndolo todavía en la Ejecutiva junto a Jorge Buxadé y Reyes Romero.
Los últimos meses han estado marcados por lo que fuentes de la dirección califican como «gestos de deslealtad». Ortega Smith acudió en septiembre a la presentación del think tank impulsado por Iván Espinosa de los Monteros, exsecretario general y figura incómoda para la actual cúpula tras su alejamiento progresivo del núcleo duro. La explicación oficial —que fue «a título personal» para «abrazar a un amigo»— no convenció a nadie.
El desplante del 12 de octubre
Más significativo fue su aparición en la tribuna de autoridades durante el desfile militar del Día de la Hispanidad, justo después de que Abascal anunciara públicamente que no asistiría para no coincidir con el Gobierno de Pedro Sánchez. El gesto fue interpretado en Vox como una provocación deliberada, aunque desde el entorno de Ortega Smith se insistió en que fue una decisión personal sin connotaciones políticas.
¿Quién es Carlos Hernández Quero, el diputado por Málaga de Vox que sustituye a Ortega Smith?
El primer golpe definitivo llegó a principios de noviembre, cuando la dirección le retiró la portavocía adjunta en el Congreso. Ortega Smith manifestó entonces su «sorpresa» y consideró la decisión «equivocada e injusta». La respuesta de Abascal no se hizo esperar: en un símil futbolístico, le recordó que hay que «aprender a ceder paso» y que el partido cuenta con «un gran banquillo». El veterano dirigente replicó definiéndose como un «delantero con experiencia» que aún sabe «meter goles».
Este martes se ha consumado el segundo y definitivo paso: la expulsión de la Ejecutiva Nacional. Fuentes del partido consultadas por este medio aseguran que la decisión se adoptó «por unanimidad» y que responde a la necesidad de «cohesión» en la dirección ante los importantes desafíos electorales que se avecinan.
Julia Calvet, la apuesta por la cantera
La elección de Júlia Calvet como sustituta no es casual. Con 27 años, la jurista catalana representa el perfil de dirigente en el que Abascal deposita sus expectativas de futuro: joven, con experiencia en movilización social y formación universitaria sólida. Expresidenta de la plataforma estudiantil S’ha Acabat!, Calvet protagonizó las protestas contra las políticas lingüísticas en Cataluña que dieron a Vox una importante cantera de militantes y votantes jóvenes.
Junto a Calvet, la Ejecutiva incorporó tras la Asamblea de 2024 a otros perfiles jóvenes como Pepa Rodríguez de Millán, José María Figaredo y Carlos Hernández Quero. Todos ellos entraron como vocales en un movimiento que evidencia la estrategia de Abascal: consolidar su liderazgo rodeándose de una nueva generación leal y dependiente de su tutela política.
La salida de Ortega Smith cierra un ciclo en Vox. El partido que fundaron en 2013 junto a Abascal, José Antonio Ortega Lara y otros disidentes del PP ha completado su transformación: de proyecto liderado por un grupo fundacional a organización vertical bajo el control indiscutible de Santiago Abascal. Los resultados electorales —como los tres diputados obtenidos en Extremadura, que le convirtieron en socio necesario del PP— parecen darle la razón.
La incógnita ahora es qué hará Ortega Smith con sus cargos institucionales. Aunque mantiene el escaño y las portavocías, su futuro político fuera de la Ejecutiva es incierto. En Vox no descartan que termine por alejarse definitivamente, aunque otras fuentes apuntan a que podría mantenerse como diputado crítico, un papel que el partido toleraría siempre que no rompa abiertamente la disciplina de voto.
Más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es