Una de las heladerías más icónicas de Málaga, Casa Mira, cierra las puertas de uno de sus establecimientos por la venta del edificio donde se encontraba. En concreto, se trata de la situada en calle Andrés Pérez, una de las vías más estrechas del Centro de la ciudad. Los propietarios afirman que se debe a la decisión adoptada por los propietarios del inmueble.
Situado en la antigua casa de los padres de Fernando Mira, dueño de la heladería, en un edificio del siglo XIX, en el año 2015 bajo la dirección del Estudio de Pablo Paniagua abrió sus puertas el que sin duda es el proyecto más ambicioso del empresario malagueño: «Un lugar que cuenta la historia de mi familia, heladeros desde el siglo XIX; donde la tradición y la artesanía están presente. Un local accesible en todos los ámbitos e inimitable», detallan en su página web.
Diez años más tarde, los cambios en el edificio de dos siglos de antigüedad obligan a cerrar la persiana de una heladería que, a pesar de su «juventud» en el entorno, guardaba la idiosincrasia de una familia de heladeros que ha dejado una huella imborrable entre los malagueños -aunque no se debe confundir con el resto de heladerías ‘Mira’, pues no pertenecen a la misma empresa-.
Los otros dos negocios de Fernando Mira
Fernando Mira sigue regentando el negocio de Compás de la Victoria, inaugurado en 1974 junto a la Basílica de la Victoria patrona de Málaga- El local fue remodelado completamente en 2018 por el estudio Emealcubo del arquitecto Miguel Seguí.
Además, en la plaza de Pio XII, en la barriada de Carranque frente a la Iglesia de San José Obrero en el año 1963, inauguraron este pequeño despacho que ha estado abierto ininterrumpidamente todas las campañas de verano, siendo un referente como una de las primeras heladerías de barrio.
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