La cifra de víctimas mortales por el ataque armado perpetrado este domingo en la playa de Bondi, en Sídney, ha aumentado hasta al menos 15 fallecidos, según ha confirmado la policía del estado de Nueva Gales del Sur. El tiroteo, ocurrido mientras decenas de personas celebraban la festividad judía del Jánuca, ha dejado además 29 heridos, entre ellos dos agentes de policía. Las autoridades han calificado oficialmente el suceso como un «acto terrorista».
El ataque se produjo a primera hora de la tarde, cuando dos hombres armados abrieron fuego contra los asistentes a un acto comunitario celebrado en un parque y en la zona de accesos a la icónica playa. La policía alertó poco antes de las siete de la tarde, hora local, de un tiroteo en curso y pidió a la población que evitara la zona, mientras se desplegaba un amplio operativo de emergencia con decenas de ambulancias y vehículos policiales.
Un ataque «terrorista»
Según el balance actualizado, uno de los atacantes murió en el lugar tras ser abatido por disparos, mientras que el segundo fue detenido y permanece en estado crítico tras resultar herido. Por el momento, no se ha facilitado la identidad de los agresores. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que el ataque tenía como objetivo a los «judíos australianos» y expresó su conmoción por lo ocurrido.
Testigos presenciales describieron escenas de pánico y caos, con numerosas personas huyendo en busca de refugio y varias víctimas tendidas en el suelo. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a equipos sanitarios realizando maniobras de reanimación a múltiples heridos en zonas verdes próximas a la playa.
El jefe de la policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, señaló que en el momento del ataque había más de 1.000 personas reunidas para celebrar el inicio del Jánuca, una festividad tradicionalmente familiar y festiva. En vídeos grabados instantes antes del asalto se observa a dos individuos armados disparando desde un pequeño puente de acceso a la playa. En uno de esos momentos, un civil logró reducir por la espalda a uno de los atacantes y arrebatarle el arma, mientras el otro continuaba disparando hasta ser neutralizado.
Las fuerzas de seguridad mantienen acordonada la zona y continúan las investigaciones para esclarecer los hechos y descartar la presencia de explosivos, mientras la comunidad judía australiana ha suspendido sus celebraciones y las autoridades han reforzado la seguridad en lugares sensibles del país.
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