Portugal despide a un histórico de su fútbol. El Boavista, campeón de Liga en 2001, ha anunciado la liquidación del club tras 122 años de historia, proceso que inicia la disolución formal de la entidad. Asfixiado por los problemas económicos derivados de su involucración en una presunta red de corrupción, el conjunto que posee el empresario español Gerard López fue descendido a la quinta categoría lusa, donde tras tocar fondo se asoma al precipicio definitivo.
«En un momento crítico y decisivo en la historia del club, la ciudad y el deporte en Portugal, es importante aclarar que la liquidación deliberada no significa el fin del Boavista Futebol Clube», incide el comunicado oficial de la entidad, que precisa además que «incluso entre quienes votaron a favor de esta solución, existe la comprensión de que es vital mantener el funcionamiento de la institución y preservar los activos esenciales». «También es importante señalar que todos los acreedores, excepto tres, votaron a favor de la recuperación y los intereses de Boavista», informa.
«En este proceso, quedó claro que algunos de los principales acreedores favorecen la venta de los activos inmobiliarios del club, impidiendo así la presentación y discusión del plan que permita el pago a todos los acreedores -y no sólo a algunos- y garantizar la continuidad de la actividad y la reestructuración financiera y deportiva del Boavista», ahonda el comunicado. «Esta decisión aún puede revocarse. El club tiene diez días para apelar esta decisión -lo que, por supuesto, hará-, presentando argumentos sólidos para defender su viabilidad», subraya.
A este respecto, el club mantendrá conversaciones con sus principales acreedores a fin de alcanzar un acuerdo beneficiario para todas las partes. «El Boavista se enfrenta al mayor reto de su historia, pero tiene futuro y viabilidad. La unidad de toda la afición boavista es ahora aún más esencial para un objetivo común: preservar el patrimonio que nos permitirá cumplir nuestros compromisos, asegurar la recuperación y seguir promoviendo el deporte», incide el comunicado.
«La Junta Directiva considera de gran importancia destacar el apoyo que ha recibido del Estado y del Ayuntamiento de Porto, haciendo un llamamiento a todos a mantenerse firmes en este proceso, asegurando que todas las acciones estén orientadas a la recuperación del club», promete la entidad, cuyo consejo de administración continuará ejerciendo en colaboración con el administrador concursal. El proceso, no obstante, se realizará de acuerdo «a los principios de legalidad y equidad entre los acreedores «.
Caída en picado
La caída del Boavista ha sido rápida y en picado. La mermada situación económica con que afrontó el inicio del pasado curso, a lo que se unió la investigación policial por la presunta implicación de la entidad de Gerard López en una red de corrupción. Todo ello desembocó en el descenso a Segunda División como colista, con 24 puntos.
No duró mucho en la categoría de plata, porque su inviabilidad funcional a causa de su contexto monetario le impidió inscribirse en la competición. Tampoco le dio para hacerlo en la tercera ni en la cuarta, sino que tuvo caer hasta el quinto escalón del fútbol portugués, una competición de distritos. Todo ha confluye en el adiós del histórico luso.