Mohamed Bouldini está de vuelta en el Granada. El delantero regresó este miércoles a la dinámica de trabajo grupal del conjunto rojiblanco después de más de un mes lesionado, si bien está por ver aún si ya puede competir. A su retorno, en cualquier caso, ha encontrado su sitio en el once cubierto por un Jorge Pascual afilado, liberado tras destapar por fin el tarro de los goles. Aumenta ahora la competencia, pero el almeriense le ha comido terreno.
Bouldini fue la guinda al ataque rojiblanco en el mercado, en un intercambio de cesiones que llevó a Stoichkov al Deportivo de La Coruña, y entró directamente en la alineación de Pacheta. Asistió además en su segundo encuentro, pura entrega, si bien el gol se le resistió. Salió de La Rosaleda con molestias en el tobillo, lo que le llevó al banco en las tres jornadas posteriores, pero fue frente a Las Palmas cuando sufrió una torcedura grave. El club confirmó el esguince cuando apenas había disputado cinco encuentros y la vanguardia rojiblanca, con Pascual todavía alicaído, se vio desguarnecida.
Racha goleadora
El punta almeriense quedó como único punta nato, sin recambios naturales en el plantel, con lo que cayó sobre él la mayor parte de la atención ofensiva rojiblanca. La pólvora, sin embargo, estaba mojada, por más que apretaba el gatillo y Pacheta le defendía en rueda de prensa. Se le resistió la diana hasta que llegó la Copa del Rey, todo un brindis por las segundas oportunidades. Pascual marcó dos en Roda y se le volvió a disparar el instinto.
Desde entonces, rubricó muescas al Valladolid, al Zaragoza y al Racing, para encadenar cuatro encuentros consecutivos con gol en su casillero. El balón no entró, en cambio, contra el Córdoba, privado de la celebración por el poste, pero sus tantos anteriores ya le habían dado para afianzarse. Con Bouldini de vuelta le crece la competencia, si bien parte con ventaja. Es, con las mismas tres dianas que Pedro Alemañ, el máximo artillero del equipo, mientras el marroquí todavía no se ha estrenado. De la puntería que exhiban en adelante dependerá la propiedad del puesto y, además, buena parte de las aspiraciones granadinistas.