La ventana de fichajes echó el cierre y, cuando la persiana ya casi acariciaba el suelo, se deslizó por debajo Luka Gagnidze al más puro estilo Indiana Jones para completar la cortísima plantilla del Granada. El club rojiblanco concretó sobre la bocina la cesión sin opción de compra del mediocentro georgiano, procedente del Dinamo de Moscú, para reforzar la medular y dar por finiquitada su plantilla. Salió Weissman, que permitió su incorporación y la de Álex Sola, pero no Martin Hongla, que se quedará tras vivir en la rampa de salida desde el primer momento. Con ello, a la espera de que LaLiga oficialice el registro de los dos últimos en llegar, se quedan 18 fichas del primer equipo cubiertas tras un mercado pobre, en todos los sentidos.
Condicionado por su tesitura económica, muy mermada tras perder la ayuda por el descenso al no regresar a la máxima categoría a la primera, el club dio salida a buena parte de la plantilla del curso pasado y ejecutó once fichajes, en su mayoría sin experiencia en Segunda. El último no se escapa de esta tendencia. Gagnidze, de 22 años, se formó en la cantera del Dinamo Tblisi antes de aterrizar en Rusia. Allí ha hecho prácticamente toda su carrera, sin demasiada continuidad.
En la 2021-2022 jugó cedido en el Ural Yekaterinburg, aunque no completó el ejercicio. El club rompió el préstamo y salió de nuevo bajo la misma fórmula al Raków Czestochowa, donde apenas disputó un encuentro. De vuelta al Dinamo de Moscú, disfrutó de su campaña con más continuidad, en la que jugó 27 encuentros, 13 desde el inicio. Una quincena sumó en la 2023-2024, antes de cerrar una nueva cesión al Krylia Sovetov.
El curso pasado, entre el Dinamo de Moscú y este último club, compitió en 19 encuentros, que le dieron para marcar tres goles y dar una asistencia, pese a solo ser titular en ocho. En el presente curso, sí había sido de la partida en las dos citas que ha disputado antes de cerrar su fichaje exprés por el Granada. Sigue los pasos de su compatriota Tsitaishvili, en busca de un salto en su carrera que, para los rojiblancos, se antojaría fundamental.
Poca experiencia
Será su primera temporada en la Segunda División Española, como sucede con otros varios de los fichajes rojiblancos, en buena medida procedentes de filiales en categorías inferiores. El club reforzó la meta con Astralaga, cedido, e incorporó como agentes libres a Baïla Diallo, Pau Casadesús y Diego Hormigo para apuntalar la defensa, procedentes del Clermont, el Andorra y el Sevilla Atlético respectivamente. En la medular, solo una cara nueva junto a la de Gagnidze, la del joven Pedro Alemañ, que fue el primero en aterrizar, procedente del Valencia Mestalla.
Para reforzar los costados, el Granada desembolsó 600.000 euros por los derechos de Souleymane Faye, que militaba en el Betis Deportivo. José Arnaiz, en cambio, se unió tras acabar su vinculación con Osasuna, mientras que Álex Sola, el otro fichaje de la última jornada, acordó la rescisión de su contrato con el Getafe antes de viajar a Los Cármenes. La llegada de Jorge Pascual sí requirió un traspaso, procedente del Villarreal. La de Bouldini, cedido por el Deportivo de La Coruña, se gestó mediante un cruce de futbolistas, con Stoichkov a préstamo en Riazor.
Muchas salidas, pocos ingresos
En el capítulo de salidas, se produjeron muchas, si bien fueron pocas las que supusieron ingresos en las arcas rojiblancas. De hecho, tan solo dos futbolistas dejaron algo de dinero en el club. Fueron Gonzalo Villar, traspasado al Dinamo de Zagreb por tres millones de euros, y Lucas Boyé, venta forzada por la situación económica, que recaló en el Alavés a cambio de alrededor de seis ‘kilos’. Kamil Józwiak, Borja Bastón, Miguel Rubio, Miguel Ángel Brau, Ricard Sánchez, Carlos Neva, Diego Mariño y Marc Martínez se fueron libres tras acabar su contrato.
También como agentes sin equipo se fueron Pablo Insua y Shon Weissman, rescindidos por el club ante la necesidad de liquidez. Rubén Sánchez, Reinier, Giorgi Tsitaishvili, Abde Rebbach y Siren Diao, por su parte, se fueron de vuelta a sus respectivos clubes al finalizar sus cesiones. Gumbau, por su parte, ejecutó la cláusula de su contrato que le permitía salir cedido a un Primera si le igualaba el sueldo en la categoría, lo que le valió para volver al Rayo. Se quedó sin salir Martin Hongla, que no entraba en los planes, pero no hubo forma de encontrarle equipo finalmente.
Con todo ello, el balance es paupérrimo. Si LaLiga da el visto bueno a las dos últimas incorporaciones, algo que presumiblemente sucederá, el club se queda con 18 futbolistas en primera plantilla, más Rodelas, Oscar Naasei, Dominique Moubeke, Pere Haro y Samu Cortés, que entran en la dinámica de ‘los mayores’ pese a ostentar licencia del filial. Apenas llegan a dos futbolistas por puesto, poca materia prima para enmendar una tesitura tan compleja. Todo queda en manos de Pacheta.