Alegría, tranquilidad y dosis de rabia contenida que al fin salió del malaguismo. Es lo que se respiró en la celebración del triunfo del Málaga frente al Castellón en la tarde del domingo. La Rosaleda volvió a ser testigo más de un mes después de un triunfo de los suyos con el que, al fin, los blanquiazules pueden echar un vistazo a la tabla clasificatoria de Segunda División sin que el corazón le dé un vuelco.
Son seis los puntos que distancian al equipo boquerón con respecto al Eldense, el equipo que marca los puestos de descenso. Los de Elda lo tenían todo para ganar frente al Córdoba en el mediodía del sábado, venciendo por uno a cero y con uno más sobre el campo, pero Obolskii repartió alegrías a cordobesistas y malaguistas en el 89’ con un tanto que supuso el empate.
La diferencia entre el Málaga y la quema descendió a tres puntos, aunque aún debían disputar su partido de la trigésimo séptima jornada. Fue en una soleada tarde malagueña en La Rosaleda, en la que el ambiente era inmejorable. Más de 27.000 espectadores que engalanaron Martiricos con un mosaico blanquiazul. Tal y cómo pidió Pellicer en la rueda de prensa previa, pareció pertenecer al play off de ascenso del pasado mes de junio.
El Málaga se apoya nuevamente en la cantera para conseguir tres puntos balsámicos (1-0)
Triunfo capital
Salió el Málaga con ganas de contentar a su afición y así lo consiguió Chupete. El joven atacante hizo su segundo gol en Segunda División que acabaría siendo definitivo para que los blanquiazules diesen un golpe sobre la mesa en la pugna por la permanencia.
Son ya seis puntos los que separan al Eldense y al Málaga. Así, los costasoleños empatan a 46 unidades al Castellón, una por debajo del Real Sporting y por encima del Real Zaragoza, que empató a uno ante el Huesca en el último partido de la jornada dominical. Esto quiere decir que los malaguistas sacan seis puntos al CD Eldense y cuatro al Real Zaragoza.
Por tanto, los malaguistas quedan aliviados. Aún queda trabajo por delante, pero una victoria después de un tramo en el que se acumulaban un triunfo, un empate y siete derrotas, se antojaba fundamental. Así lo consiguió el cuadro malacitano, que, al fin, respira al mirar la clasificación de Segunda División.