Con la llegada de la primavera y el aumento de patologías respiratorias, distinguir entre un resfriado común y una alergia se ha vuelto más relevante que nunca. El Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla advierte que conocer las diferencias entre ambas afecciones puede ayudar a evitar tratamientos inadecuados y mejorar la calidad de vida durante esta estación.
Principales diferencias entre resfriado y alergia
Una de las claves para diferenciar un resfriado de una reacción alérgica es la duración de los síntomas. Mientras que un resfriado viral suele resolverse en un plazo de 7 a 10 días, los síntomas alérgicos pueden persistir durante semanas o incluso meses, en función de la exposición al alérgeno.
Según la doctora María Ortega Camarero, jefa del Servicio de Alergología del centro, “el resfriado está causado por un virus y suele presentarse con congestión nasal, tos, dolor de garganta, fiebre leve y malestar general”. En cambio, la alergia implica una respuesta del sistema inmunológico frente a sustancias como el polen, y se manifiesta con estornudos frecuentes, picor en ojos y nariz, lagrimeo, mucosidad acuosa e incluso dificultad respiratoria en personas asmáticas.
Virus respiratorios frecuentes en primavera y aumento de la polinización y su impacto en alérgicos
Durante esta temporada, se ha observado un incremento en la circulación de virus como el virus respiratorio sincitial (VRS), el rinovirus (causante del resfriado común), la gripe (tipos A y B), COVID-19 y adenovirus. Estos patógenos comparten síntomas con las alergias, lo que puede complicar el diagnóstico inicial.
La primavera también ha traído niveles elevados de polen, especialmente de gramíneas, olivo y plátano de sombra. “Este año, la polinización se ha adelantado entre una y dos semanas respecto a años anteriores debido a temperaturas más altas, lluvias intensas y altos niveles de contaminación”, explica Ortega Camarero.
Este adelanto ha prolongado la exposición al polen, intensificando los síntomas en personas alérgicas. Se recomienda evitar la exposición directa durante las horas de mayor concentración de polen (por la mañana y al atardecer), usar gafas de sol y mascarilla al salir, ducharse y cambiarse de ropa al volver a casa, mantener cerradas las ventanas y utilizar purificadores con filtros HEPA.
Recomendaciones y conclusión
Si los síntomas son compatibles con un resfriado, lo ideal es aplicar medidas físicas preventivas como el lavado frecuente de manos y el uso de mascarilla en espacios cerrados o con personas vulnerables. En casos de sospecha de alergia, es fundamental acudir a un especialista en alergología para realizar pruebas diagnósticas como test cutáneos o análisis de sangre, que permiten identificar el alérgeno responsable y personalizar el tratamiento.
Este puede incluir antihistamínicos, corticoides nasales, inhaladores o inmunoterapia. Además, en farmacias se pueden encontrar test rápidos para descartar infecciones virales como COVID-19 o gripe. Distinguir entre resfriado y alergia no solo es útil para recibir el tratamiento adecuado, sino también para prevenir complicaciones y mejorar la salud respiratoria. Identificar correctamente los síntomas, observar su duración y buscar atención médica especializada son pasos clave para afrontar con éxito la primavera.