El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha desestimado el recurso de apelación presentado por la defensa y ha confirmado íntegramente la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Córdoba a un hombre acusado de abusar sexualmente de una joven de 24 años, compañera de piso de su novia. La sentencia ratifica una pena de cuatro años de prisión al considerar probados los hechos ocurridos en la capital cordobesa en noviembre de 2019.
El fallo judicial no solo conlleva la privación de libertad. El tribunal impone también al condenado una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a la víctima durante ocho años, así como la inhabilitación para cualquier profesión u oficio que implique contacto con menores durante una década. Además, deberá indemnizar a la joven con 13.000 euros por los daños morales y las secuelas psicológicas derivadas de la agresión.
Cronología de los hechos: una noche de noviembre de 2019
La resolución judicial reconstruye con detalle la noche de autos. Todo comenzó cuando la víctima, con la intención de salir un fin de semana que no regresaba a su localidad de origen, contactó con el acusado —pareja de su compañera de piso— a través de una aplicación de mensajería. Finalmente, los tres, junto a otros amigos, salieron a cenar y a tomar copas por la ciudad.
El grupo regresó al domicilio sobre las 7:30 de la mañana. Según recoge la sentencia, la víctima no presentaba una intoxicación etílica severa y mantenía su capacidad de decisión intacta al llegar a casa; prueba de ello es que rechazó la proposición de otro amigo para pasar la noche juntos. Una vez en la vivienda, la novia del acusado y la víctima se retiraron a sus respectivas habitaciones para dormir. Sin embargo, el procesado decidió quedarse despierto en el salón, alegando que no tenía sueño.
El ataque: aprovechamiento de la indefensión
Entre las 7:35 y las 7:45 horas, el acusado comenzó a enviar mensajes al móvil de la víctima —que borró inmediatamente— y realizó dos llamadas que no fueron atendidas. Sin obtener respuesta y sin que hubiera ninguna señal de que la joven estuviera despierta o receptiva, el hombre entró en su dormitorio.
El tribunal considera probado que la víctima se encontraba en un estado de «semiinconsciencia», incapaz de distinguir si lo que ocurría era realidad o un sueño. Aprovechando esta situación de vulnerabilidad y «sin su consentimiento expreso o tácito», el acusado consumó los abusos sexuales. La joven, aturdida, no pudo ofrecer oposición aparente. Tras el acto, el agresor se retiró al sofá del salón.
Intento de silenciar a la víctima y secuelas
La conducta del acusado continuó horas más tarde. Alrededor de las 13:00 horas, aprovechó que su novia había bajado a comprar comida para entrar nuevamente en la habitación de la víctima y pedirle que «no contara nada de lo sucedido».
Fue poco después, sobre las 14:15 horas, cuando la joven, aún en estado de shock, logró comunicarse con otra compañera de piso. Pese al miedo a no ser creída y a crear un conflicto en la relación de su amiga, la víctima fue convencida para acudir al Hospital Universitario Reina Sofía, donde fue examinada por un médico forense.
El impacto del suceso ha sido devastador para la vida de la joven. El informe médico diagnostica un trastorno de estrés postraumático persistente, que requiere tratamiento psicológico actual. La víctima sufre depresión, ansiedad, baja autoestima y disfunciones sexuales. La gravedad de las secuelas fue tal que se vio obligada a abandonar sus estudios en Córdoba y marcharse de la ciudad, condicionada por el temor a revivir situaciones relacionadas con la agresión.
La sentencia del TSJA no es firme y contra ella todavía cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
Más noticias de 101TV en las redes sociales: Instagram, Facebook, Tik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es