La realidad demográfica de Córdoba sigue arrojando cifras preocupantes. La provincia no logra frenar la despoblación y continúa perdiendo habitantes ejercicio tras ejercicio. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referentes al censo anual, Córdoba cuenta actualmente con 773.163 habitantes.
Este dato confirma una caída sostenida: son 1.150 vecinos menos que en 2024, cuando se registraron 774.313, y supone una pérdida acumulada de 4.450 personas si miramos atrás hacia 2021, año en el que la provincia albergaba a 777.622 almas.
El fenómeno de la sustitución demográfica
Para entender qué está ocurriendo en la estructura social cordobesa, es necesario analizar el origen de los residentes. La estadística revela un fenómeno claro: la provincia pierde población nacional a un ritmo que la llegada de inmigrantes no logra compensar.
En el último lustro, la población de nacionalidad española se ha desplomado en más de 12.000 personas. Solo en el último año, de 2024 a 2025, la pérdida ha sido de 3.186 españoles.
Por el contrario, la población extranjera actúa como un dique de contención parcial, aunque insuficiente. El número de residentes foráneos ha crecido en unas 8.000 personas en los últimos cinco años, sumando 2.036 nuevos vecinos internacionales tan solo en el último ejercicio. Sin este aporte migratorio, el agujero demográfico de la provincia sería significativamente mayor.
Menos cunas y más centenarios
El envejecimiento de la población es otro de los titulares que deja el censo. Un indicador clave para medir la salud futura de un territorio es la «población de cero años», es decir, los recién nacidos. A principios de 2025, esta cifra se situó en 8.023 niños, un descenso respecto aux los 8.207 del año anterior.
Este dato es sintomático de la baja natalidad: hay casi 400 niños españoles menos en esta franja de edad (quedándose en 7.660), y curiosamente, también desciende levemente la natalidad entre extranjeros, pasando de 380 a 363 bebés.
En el otro extremo de la pirámide de edad, la longevidad sigue en aumento. El grupo de personas con cien años o más ha crecido de 247 a 265 personas en un solo año, un colectivo donde la presencia femenina es mayoritaria frente a la de los varones.
La capital retrocede y los pueblos se reajustan
La ciudad de Córdoba no es ajena a esta tendencia. Tras haber alcanzado un pico de recuperación en 2024 con 324.902 vecinos, la capital ha vuelto a perder fuerza, bajando hasta los 324.159 habitantes. Esto rompe la racha positiva que se venía observando tras los 324.418 de 2023 y los mínimos de 2021 y 2022.
En la provincia, la suerte va por barrios. Algunos municipios grandes logran atraer población y crecer, destacando:
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Lucena: Sube de 43.040 a 43.410 habitantes.
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Puente Genil: Crece ligeramente de 29.879 a 29.977.
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La Carlota: Pasa de 14.377 a 14.520.
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Almodóvar del Río: Aumenta de 7.981 a 8.029.
Sin embargo, la «España vaciada» también tiene su eco en la provincia. Localidades históricas sufren el goteo constante de vecinos. Montilla cae a 22.192 habitantes y Palma del Río desciende a 20.535. También registran bajadas Baena (18.335), Cabra (19.986) y Villanueva de Córdoba (8.322).
Especialmente simbólico es el caso de Fuente Palmera, que ha perdido una cota importante: baja de la barrera de los 10.000 habitantes, pasando de 10.001 a 9.932, un dato que suele tener implicaciones tanto administrativas como psicológicas para el municipio.
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