Cuando falta exactamente una semana para que la Gran Procesión de Roma recorra las calles de la Ciudad Eterna, ya se viven escenas inéditas cerca de la Piazza Celimontana, a los pies del Coliseo. Bajo una gran carpa blanca que se alza en medio del paisaje romano, han comenzado este sábado los trabajos de montaje del trono de María Santísima de la Esperanza, de Málaga, y seguramente pronto comience el del Cristo de la Expiración, el Cachorro de Sevilla.
Es un paisaje insólito: trabajadores, artesanos y cofrades andaluces transforman este tinglao en el centro de Roma en un taller a cielo abierto, donde se reconstruyen las joyas procesionales venidas directamente del sur de España. La estructura metálica que los protege ya está finalizada y, en su interior, el trono de la Esperanza —transportado desmontado— comienza su ensamblado para hacer posible esta peregrinación sin precedentes.
La carpa para la Gran Procesión ya se alza sobre el suelo de Roma
En el caso de la Virgen de la Esperanza, las primeras piezas del trono son la mesa, el cajillo y sus esculturas a las que le siguen los arbotantes, varas, el palio, la candelería y el manto, hasta que la imagen de la Virgen sea entronizada la noche del 16 de mayo. El trono de el Cachorro, por su parte, será también preparado dentro de la misma carpa, siguiendo un proceso similar.
Actos de culto
Todo debe estar dispuesto para el gran cortejo que unirá por las calles romanas a estas dos veneradas devociones andaluzas. Este despliegue sin precedentes forma parte del Jubileo de las Cofradías y contará con actos de culto en lugares emblemáticos. Tanto la Esperanza como el Cachorro recibirán veneración durante los días 14, 15 y 16 de mayo en el interior de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Aunque aún no se ha confirmado con exactitud el enclave dentro del templo, la capilla de San José figura entre las posibilidades más probables. Además, uno de los momentos más emotivos tendrá lugar el viernes 16 de mayo, a las 10:00 horas, con la celebración de una misa conjunta en San Pedro. Será una cita para la historia, presidida por el sentido de hermandad entre ambas corporaciones andaluzas y por la emoción de quienes han cruzado fronteras llevando su fe, su arte y sus tradiciones al corazón mismo de la cristiandad.
Con cada tornillo que se ajusta, cada vara que se coloca, y cada paso que avanza en el montaje, Roma empieza a hablar con acento andaluz. La cuenta atrás ha comenzado: ya solo son siete días los que separan a estas imágenes del momento en que recorrerán las calles romanas en una procesión que quedará para la historia.
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