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De los tinglados en la calle a las Casas Hermandad

Este fin de semana hemos podido ver en redes sociales el “tinglado” que se ha instalado en la Piazza Celimontana de Roma, donde se está armando el trono de María Santísima de la Esperanza para la Gran Procesión del día 17 de mayo con motivo del Jubileo de los Cofrades que se desarrollará a partir del miércoles 14 en la ciudad eterna.

Muchos dimes y diretes por las redes sociales con motivo del uso de esta estructura efímera que servirá de cobijo a los pasos del Nazareno de León, Santísimo Cristo de la Expiración (Cachorro) y al trono de la Virgen de la Esperanza. Algunas personas no ven adecuado que imágenes sagradas salgan de este tinglado o carpa, aduciendo que en la ciudad con más iglesias de la cristiandad (más de 900), podrían haber salido de alguna de ellas, pero la gran mayoría de estos templos a pesar de sus grandes dimensiones no poseen unas puertas adecuadas al tamaño del trono de María Santísima de la Esperanza (567 centímetros de largo, 470 de ancho y 74 de alto en lo que respecta el cajillo y unos 7 metros de alto desde la pata hasta la macolla de la barra de palio).

La Gran Procesión de Roma se acerca: una semana muy especial cargada de Esperanza

Este hecho del tinglado para la Gran Procesión de Roma hace recordar que hasta no hace mucho, numerosas cofradías de Málaga salían de estas estructuras de lona o plástico que se instalaban en las calles días previos a la Semana Santa, antes que las corporaciones nazarenas tuvieran sus Casas Hermandad.

Actualmente la hermandad capuchinera del Dulce Nombre que procesiona el Domingo de Ramos sigue utilizando un tinglado para montar su tronos, ya que no posee una Casa Hermandad aunque está en trámites para construirla en la calle Diego de Siloé de la capital malacitana.

Origen de los tinglados

Los tinglados surgieron como una solución práctica a partir de los años 40, cuando el obispo Balbino Santos Olivera decidió que las cofradías no podían salir desde el interior de los templos, debido a tensiones con el clero y molestias durante los ritos religiosos de la Cuaresma y Semana Santa.

Esta medida llevó a las cofradías a montar estructuras temporales en las calles, cubiertas con lonas, donde ensamblaban los tronos facilitando el montaje de estos y permitiendo que se diseñaran tronos de mayores dimensiones, sin las limitaciones de las puertas de las iglesias. Esto contribuyó a la creación de los imponentes tronos que hoy caracterizan a Málaga.

La función de los tinglados

Los tinglados no eran solo lugares funcionales; también se convirtieron en puntos de encuentro para los cofrades y devotos. Durante la Cuaresma, su presencia en las calles añadía un aire de anticipación y actividad, permitiendo a los vecinos observar el proceso de montaje. Los tinglados permitieron tronos que superan las cuatro toneladas, como los de la Virgen de la Soledad del Sepulcro, Virgen de la Paloma o el de la Virgen de los Dolores de la Archicofradía de la Expiración, destacando la importancia de estas estructuras en la identidad visual de la Semana Santa malagueña.

La transición a las Casa Hermandad

A partir de los años 60, las cofradías comenzaron a buscar soluciones más permanentes para el montaje y desmontaje de los tronos procesionales, dando lugar a la construcción de Casas Hermandad. Estas edificaciones, que combinan funciones administrativas, sociales y de almacenamiento, permitieron a las cofradías tener un control más estricto sobre el montaje y la seguridad de los tronos. En la década de los 60 y 70 se inauguraron las dos primeras casas hermandad (Expiración y Esperanza), seguidas por cuatro en los 80, nueve en los 90 y catorce en la primera década del siglo XXI.

La desaparición de los tinglados ha transformado la experiencia de la Semana Santa. Por un lado, las Casas Hermandad han permitido una mayor profesionalización, con espacios para exposiciones y actividades culturales durante todo el año, como museos visitables. Por otro lado, esta ausencia de tinglados ha alterado el paisaje urbano, eliminando un elemento visual que algunos malagueños extrañan y que conformaban una singularidad en la Semana Santa de Málaga.

Cuando veamos salir a la Virgen de la Esperanza desde este “tinglado” romano, muchos recordaran de donde vienen las cofradías y como ha sido la evolución de las hermandades desde los tinglados hasta las Casas Hermandad.

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