Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal integrada por supuestos butroneros a la que se atribuye una decena de robos en establecimientos comerciales y oficinas en Málaga. Hay seis personas detenidas por su presunta responsabilidad en delitos de robo con fuerza. Solo en uno de los asaltos el botín alcanzó los 70.000 euros.
Así lo ha dado a dar conocer el cuerpo de seguridad en un comunicado, en el que precisa que los arrestos se han producido ahora, aunque los robos se perpetraron entre finales del mes de agosto y septiembre. Los hechos delictivos tuvieron lugar en diferentes establecimientos y oficinas de recaudación de dinero del sector de la restauración, todos en la capital malagueña.
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Tras los robos se hallaba una banda de butroneros que tomaba importantes medidas de seguridad para evitar la acción policial. Entre esas precauciones estaría el desplazamiento en vehículos alquilados o a nombre de terceros, no relacionados con la trama.
Según avanzaron las averiguaciones, agentes del Grupo I de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga, encargados de la investigación, constataron que la red utilizaba inhibidores de frecuencia para crear interferencias en las redes de comunicaciones y anular las alarmas en los comercios violentados. Se observó, además, que los intrusos rociaban con un espray de pintura las cámaras de seguridad para evitar ser grabados. Fruto de las diligencias policiales se evidenció también el carácter itinerante del grupo, afincado en Leganés, desplazándose a diversos puntos de la geografía española para perpetrar la gira de robos.
Intento frustrado
Cabe destacar entre los hechos esclarecidos, el intento frustrado de butrón en un negocio de antigüedades tras previo forzamiento de una tintorería. Los investigados se toparon, sin saberlo, con unos muros reforzados del local del anticuario, que tiempo atrás albergó las oficinas de una entidad bancaria. Se sospecha que los intrusos buscaban allí efectos de valor como monedas antiguas.
Otro de los asaltos tuvo lugar en una oficina que se dedica a la recaudación de dinero proveniente de restaurantes y hoteles en la zona centro de Málaga. El botín alcanzaba los 70.000 euros en efectivo.
Una vez identificados los miembros de la organización, los investigadores se desplazaron a Madrid y detuvieron a los sospechosos, interviniendo uno de los vehículos utilizados en sus desplazamientos. Se les atribuyen diez robos con fuerza en Málaga.