Continúa el malestar en Málaga con la exclusión de ciertos departamentos en los actos del Centenario de la Generación del 27. La Diputación, que ya había mostrado su disconformidad tras conocer que no estaban incluidos dentro de ellos, lo ha hecho por escrito al ministro de Cultura, D. Ernest Urtasun, donde ha desarrollado todos sus argumentos por los que se encuentran en esta situación. La carta, a la que ha tenido acceso 101TV, resalta la importancia de muchos de los poetas que escribieron su historia con la provincia como protagonista.
El Ejecutivo no ha apostado por la Málaga de grandes autores de la Generación del 27 de la conmemoración de su centenario, pese a su gran vinculación con numerosos de los poetas, ensayistas y figuras relevantes culturales también en cine y artes escénicas que marcaron la historia con sus obras, ya sea por su lugar de nacimiento, o sus recuerdos guardados en cada rincón de la provincia y la ciudad en la que encontraban inspiración y pasaban largos tiempos.
Granada ofrece su colaboración para la conmemoración del centenario de la Generación del 27
Carta completa de la Diputación
«Excmo. Sr. Ministro de Cultura D. Ernest Urtasun
Estimado Sr ministro:
Tras tener conocimiento por los medios de comunicación y por la propia nota difundida por su Ministerio de la creación la Comisión Nacional para la Conmemoración del Centenario de la Generación del 27, anunciada durante un acto celebrado en la Residencia de Estudiantes de Madrid en la que se presentó al equipo y entidades que forman parte de la misma, debemos trasladarle nuestro profundo malestar por la exclusión de la Diputación provincial de Málaga, de los Ayuntamientos de Málaga y de Torremolinos, así como de la propia revista Litoral, entre otras entidades malagueñas.
No puede entenderse la Generación del 27 sin Málaga y, por lo tanto, tampoco entendemos que no se nos haya invitado a participar ni en la Comisión ni en el acto de presentación celebrado el pasado miércoles.
Antes de que Málaga se conociera internacionalmente como ciudad de museos de primer orden, conviene recordar que era ya ciudad de la palabra, de la literatura y, con más decidida voluntad, de la poesía. Desde la segunda mitad del siglo XIX, con Salvador Rueda como precursor del Modernismo, pero especialmente en la primera mitad del siglo XX, Málaga ha tenido un papel muy relevante tanto en la creación como en la difusión de la poesía española.
Singularmente, gracias a la labor de los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre desde la imprenta Sur, nuestra ciudad fue fundamental para que la joven literatura de los felices veinte se diera a conocer y, con el paso del tiempo, se celebrara como una generación de altísimo talento, casi comparable, en variedad y calidad, a los autores de los llamados Siglos de Oro. Tan es así que a su época se la nombra como Edad de Plata de la cultura española. Según reconoce la crítica, la que ha pasado a la historia como Generación del 27 le debe a Málaga, pues, en gran parte la divulgación de sus obras iniciales y su cohesión como grupo.
Salvo Madrid, debido a su condición de capital de España, pocas, muy pocas son las ciudades del país que puedan esgrimir tantas razones de peso como ha tenido Málaga en la consolidación de dicha generación, en la divulgación de su legado y en la conservación de una parte relevante del mismo.
Siendo así, desde la Diputación de Málaga queremos expresar nuestro descontento por el hecho de que ni el Centro Cultural Generación del 27, dependiente de esta Diputación y que desde 1984 tiene como objetivo salvaguardar la memoria y el legado intelectual del amplio conjunto de creadores que conocemos como Generación del 27, ni otras instituciones de la ciudad o de Torremolinos, con tanta vinculación al colectivo, hayan sido invitadas a participar en la Comisión Nacional que se ha creado con motivo de su centenario.
Es triste que hayamos de recordar al comité creado a tal efecto solo algunas de esas razones: La vinculación malagueña con la Generación del 27 se sustenta con la aportación de las revistas Ambos y Litoral (la primera, dirigida por los jóvenes poetas José María Hinojosa, Manuel Altolaguirre y José María Souvirón, aunque con la influyente participación de Emilio Prados; la segunda, que aún se publica y considerada por los estudiosos como la revista emblemática del 27, fue puesta en marcha en 1926 por Prados y Altolaguirre en la mítica imprenta Sur, que aún sigue funcionando gracias a que esta Diputación evitó su desaparición).
A los poetas hasta ahora citados hay que sumar los nombres de José Moreno Villa y el de la filósofa María Zambrano. Pero también habrá que añadir a los ‘malagueños’ no nacidos en la ciudad, Vicente Aleixandre y Jorge Guillén, y los que frecuentaron sus calles y playas como Dalí, Lorca, Bergamín (de padre malagueño), Cernuda, Rejano (que vivió y ejerció el periodismo en Málaga), Dámaso Alonso… Igualmente, conviene hacer referencia al matiz malagueño de la Residencia de Estudiantes y de la Institución Libre de Enseñanza, que Alberto Jiménez Fraud supo imprimir incorporando a la burguesía de nuestra ciudad.
Debemos recordar también que Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Gerardo Diego fueron presidentes de honor del Centro Cultural Generación del 27, que la Diputación lleva más de 40 años dotando de presupuesto, contenido y actividad. Y que en él se conserva un fondo bibliográfico de alrededor de 37.000 monografías, 1.193 títulos de revistas, un archivo documental con un número incalculable de cartas, documentos oficiales, académicos, personales… y 15 bibliotecas y/o archivos, la mayoría de autores del 27″.
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