La Audiencia de Málaga ha condenado a dos años de cárcel a un hombre por dar información a otros tres para perpetrar el robo en la vivienda de los propietarios del restaurante en el que trabajaba, donde había una caja fuerte con 300.000 euros.
Según se declara probado en la sentencia, en mayo de 2019 el acusado contactó con otro hombre a quién le manifestó que los dueños del establecimiento donde trabajaba, en el puerto de Benalmádena, le debían dinero, y que tenían en su vivienda de Torremolinos una caja fuerte con unos 300.000 euro en su interior.
Unos días después, poco antes de la fecha en que finalmente ocurrieron los hechos, ese hombre contactó con dos conocidos, primos entre sí, para que le ayudaran a realizar el encargo, los cuales residían en localidades de Jaén y se desplazaron hasta Benalmádena, donde quedaron con el acusado, señala la resolución.
El acusado les proporcionó todos los detalles necesarios para la perpetración material del robo, «asumiendo, como ocurrió, el uso de la violencia». En concreto, les dijo el lugar donde vivían, sus horarios, y que tenían la referida caja fuerte en la vivienda. Así, estos dos y el otro hombre realizaron el robo.
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Por estos hechos, los tres hombres que perpetraron el robo ya han sido juzgados y condenados en sentencias en las que expresaron su conformidad con la acusación por delitos de robo con violencia en las persona con uso de medio peligroso y lesiones agravadas con uso de medio peligroso y por delito leve de lesiones.
Para la Sala, en el caso de este acusado, no está acreditado que, «más allá de la información que aportó a los anteriores para la ejecución de los referidos hechos, se hubiera quedado en el momento en el que se desarrollaron cerca de la zona donde vivía los perjudicados en el interior de un vehículo».
Tampoco entiende que se mantuviera en contacto con los anteriores «siendo conocedor de todo lo que iba a suceder y estaba ocurriendo, ni que después recibiera de aquéllos los efectos y dinero objeto de sustracción abonándoles una cantidad de dinero en pago de sus servicios».
Los perjudicados han sido ya indemnizados en aquellas otras causas derivadas de las reseñadas condenas por el dinero y efectos sustraídos y no recuperados, así como por los días de curación y secuelas derivadas de sus lesiones.
Por esto, a este procesado se le condena como cómplice de un delito robo con violencia con uso de instrumento peligroso a la pena de dos años de prisión, aunque se le absuelve de los de detención ilegal y lesiones con uso de instrumento peligroso y del delito leve de lesiones por los que era acusado por la acusación particular.
El acusado reconoció en el juicio que contacto inicialmente con uno de los asaltantes «para que perpetrara un robo en la vivienda de aquellos a cambio de dinero» y que tuvo después una reunión con los tres «para darles los detalles que precisaran, como dónde vivían y que había una caja fuerte con dinero». Precisó que no llegó a recibir nada de lo que se obtuvo en ese robo.
Para la Sala, queda probada la participación del acusado en delito de robo; «no nos cabe duda que tuvo su relevancia» la información aportada, lo que «supuso un incremento relevante de las posibilidades de éxito, aunque no puede considerarse que fuera esencial ni decisiva» en cuanto a lo sucedido el día de los hechos.
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