La Policía Nacional investiga en Córdoba a dos personas por la presunta autoría de un delito continuado de estafa, tras supuestamente utilizar la empresa de la que una de ellas era administradora, dedicada a la reparación de electrodomésticos y aires acondicionados, para llevar a cabo numerosas actividades delictivas, llegando a estafar cerca de 13.000 euros.
Según informa la Policía en una nota, la investigación comenzó cuando los agentes tuvieron constancia de que, desde finales del mes de mayo hasta principios de julio, se había producido un incremento de denuncias por la supuesta comisión de un delito de estafa, señalando todas ellas a una misma empresa de Córdoba.
En todas ellas, el ‘modus operandi’ de los estafadores era el mismo: las víctimas contactaban con la empresa por teléfono, personándose el técnico en el domicilio para valorar la avería, y, tras darle un presupuesto y solicitar un anticipo de la cantidad que las víctimas pagan bien mediante ‘bizum‘ o en efectivo, acordaban volver para realizar el trabajo, pero nunca llegaban a acudir ni se tenían noticias de la empresa.
En concreto, una de las víctimas manifestó que, a través de internet tuvo conocimiento de la empresa, contratando sus servicios para la reparación de un termo. Días más tarde, un técnico se personó en su domicilio y tras darle ‘in situ’ un presupuesto para su cambio, el denunciante le entregó en ese momento de la cantidad de 350 euros, sin volver a tener noticias de la empresa ni del técnico, quién se había comprometido a ir al día siguiente.
En otra ocasión, el supuesto técnico se personó en un domicilio para sustituir un termo eléctrico, solicitando y recibiendo de la víctima mediante ‘bizum’ la cantidad 375 euros como anticipo para la compra del mismo, pero nunca llegó al domicilio para su instalación.
Realizadas las gestiones pertinentes, los investigadores consiguieron identificar a la persona receptora de los pagos y titular de la empresa a través de la cual se delinquía. En concreto, se trataba de dos personas, padre e hija, que se valían de la sociedad como instrumento para cometer numerosos delitos y quienes ya habían sido previamente investigados y detenidos por hechos similares, habiendo llegado a estafar con anterioridad hasta 25.000 euros.
Los investigados publicitaban sus servicios a través de distintas páginas webs para captar al mayor número posible de clientes, y una vez los captaban, un trabajador de la empresa acudía al domicilio, valoraba el trabajo, emitía un presupuesto en el momento y les solicitaba una cantidad de dinero «a cuenta». Una vez los autores recibían la cantidad acordada, los estafadores buscaban toda clase de excusas para no realizar el trabajo o no suministrar el producto comprado.
Realizadas las gestiones para su localización, los investigadores tuvieron conocimiento de que uno de los autores se encontraba ya en prisión por hechos similares cometidos con anterioridad, mientras que a la otra persona se le tomó declaración en dependencias policiales en calidad de investigada por la presunta autoría de un delito continuado de estafa.